¿Qué es un workaholic? De dónde proviene el término y cómo evitar serlo

En un mundo cada vez más competitivo, el trabajo se ha convertido en un pilar central de la vida. Sin embargo, este enfoque puede llevar a un desequilibrio entre la vida personal y profesional, donde el empleo se convierte en una obsesión. A una persona bajo este esquema se le suele conocer como ‘workaholic’.
En resumen, son personas que dedican una cantidad excesiva de tiempo y energía a su vida profesional, muchas veces a costa de su salud y bienestar.
Desgraciadamente, la cultura laboral de muchas empresas, que a menudo valoran la productividad por encima de todo, puede fomentar este comportamiento.
Es importante entender qué significa ser un workaholic, reconocer los signos de esta adicción al trabajo, y aprender cómo evitar caer en este patrón destructivo.
¿Qué es una persona workaholic?
Un workaholic es una persona que tiene una compulsión incontrolable por trabajar, según el Diccionario de Cambridge, hasta el punto de que el trabajo se convierte en el centro de su vida, eclipsando otros aspectos como la familia, amigos y hobbies.
El término “workaholic” proviene de la combinación de las palabras “work” (trabajo) y “alcoholic” (alcohólico), y fue acuñado por el psicólogo Wayne Oates en 1971 para describir a personas que experimentan una adicción al trabajo similar a la adicción al alcohol, según The New York Times.
De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), el workaholism es considerado un problema psicológico, y aunque no está oficialmente clasificado como un trastorno mental, puede tener consecuencias graves para la salud física y mental.
La cultura laboral mexicana, caracterizada por una alta exigencia y poca separación entre el trabajo y la vida personal, puede agravar esta tendencia.
Las personas que sufren de workaholism suelen justificar su comportamiento alegando que están asegurando su éxito profesional o cumpliendo con las expectativas de la empresa, pero en realidad, este comportamiento puede llevar a un agotamiento crónico y a una pérdida de eficiencia a largo plazo.

¿Cómo saber si eres un workaholic?
Reconocer los signos de ser un workaholic es el primer paso para abordar el problema.
Algunos indicadores clave incluyen trabajar más horas de las requeridas de manera regular, sentir culpa o ansiedad cuando no se está trabajando, y la incapacidad para desconectarse del trabajo incluso en tiempos de descanso.
Otro signo es priorizar el trabajo sobre la salud, las relaciones personales y el tiempo libre. Por ejemplo, un workaholic podría saltarse comidas, reducir sus horas de sueño o evitar tomar vacaciones, todo en nombre del trabajo.
Las personas con esta adicción suelen tener una fuerte necesidad de control y perfeccionismo, lo que les lleva a asumir más tareas de las que pueden manejar razonablemente, y a rechazar delegar responsabilidades.
Esto no solo afecta su bienestar personal, sino que también puede generar problemas en el ambiente laboral, como el deterioro de la colaboración en equipo y el aumento del estrés entre los compañeros.

¿Cómo evitar ser un workaholic?
Evitar caer en el workaholism requiere un enfoque consciente y proactivo para equilibrar el trabajo y la vida personal, de acuerdo con Oxford.
Una de las estrategias más efectivas es establecer límites claros entre el trabajo y el tiempo personal.
Esto incluye definir horas de trabajo específicas, tomar descansos regulares y asegurarse de desconectarse completamente del trabajo fuera de esas horas.
Otra recomendación importante es cultivar intereses y actividades fuera del trabajo. Se sugiere dedicar tiempo a hobbies, ejercicio, y relaciones personales, ya que puede contrarrestar la tentación de trabajar en exceso y ayudar a mantener un equilibrio saludable.
Por último, es importante que las empresas también tomen un rol activo en la prevención de convertir a sus trabajadores en un workaholic. Para esto se pueden promover políticas laborales que prioricen el bienestar de sus empleados.