Transporte público sostenible: qué es y cuáles son sus beneficios

¿Sabías que el 56% de la población mundial, 4400 millones de personas, vive en ciudades? Pues para 2050 se espera que estos datos se hayan duplicado y 7 de cada 10 personas vivan en ciudades. 

Estos datos destacan la relevancia económica y social de las ciudades en la actualidad,  y la necesidad de apostar por mejoras en la convivencia y calidad de vida de las personas. Cuanto más crecen las ciudades, mayor es la población y los servicios que demandan, lo que genera consecuencias en el estilo de vida de las personas, sobre todo en la movilidad y los métodos de transporte. El transporte público es cada vez más ineficiente, si a eso le sumamos que la masa de población será mayor, necesitará moverse y que los vehículos particulares generan gran  cantidad de CO2 y atascos kilométricos, la situación se vuelve insostenible. 

Las ciudades desempeñan un papel cada vez más importante en la lucha contra los efectos negativos del cambio climático, es por ello que las organizaciones mundiales, empiezan a poner el foco en apostar por un transporte público más sostenible. 

¿Qué son los transportes sostenibles?

Ante la necesidad de mejorar la movilidad de la población en las grandes ciudades y al mismo tiempo hacer frente a los altos niveles de contaminación, surgen las alternativas sostenibles que ofrecen formas de movilidad más ecológicas. 

El transporte sostenible es el método de movilidad que reduce su consumo de energía, apostando por energías renovables y limpias. Para ello, se buscan vehículos menos contaminantes, que utilicen energías no contaminantes y optimicen los traslados. 

¿Cuáles son los vehículos sostenibles del futuro?

Pero cuáles son esos métodos de transporte sostenibles. ¿Qué opciones tenemos a nuestro alcance para prescindir del coche en la ciudad y apoyar el transporte público sostenible? Estas son algunas de las alternativas disponibles en las ciudades para moverse de una manera más respetuosa con el planeta y ahorrar al mismo tiempo.  

• Bicicletas y patinetes: Debemos echar un ojo a otras ciudades del norte de  Europa, como Copenhague o Amsterdam donde el principal método de transporte son las bicicletas. En las grandes ciudades españolas los ayuntamientos ya empiezan a apostar por dejar a disposición de la población bicicletas públicas. Además, con la reciente irrupción de las bicicletas eléctricas el abanico de posibilidades sostenibles ha crecido. 
• Autobuses interurbanos y eléctricos: El autobús es un método de transporte accesible, barato  y que permite recorrer cortas y medias distancias de forma rápida. Es el medio más utilizado en las ciudades y gracias a sus mejoras en sostenibilidad con motores eléctricos o híbridos, son una de las alternativas más eficientes. 
• Metros y trenes: Una de las opciones más evidentes, pero más efectivas por el volumen de población que puede albergar. Apostar por este medio de transporte con tarifas más asequibles, mediante ticket transporte o descuentos, reduciría la huella de carbono significativamente. 
• Coches eléctricos: Los vehículos eléctricos son la solución perfecta para aquellas personas que quieran moverse en un vehículo particular pero sostenible. Aunque no es la mejor solución para los atascos, los coches reducen el impacto medioambiental al no emitir gases nocivos y reducir la contaminación acústica. 
• Motos eléctricas: Al igual que los coches eléctricos, este sistema de movilidad individual no reduce los atascos pero si influye positivamente en el impacto medioambiental al reducir la emisión de gases y CO2. 

La importancia de apostar por la movilidad sostenible

Apostar por la movilidad sostenible supone una mejora en términos medioambientales, urbanos, económicos y sociales. Con la movilidad sostenible se consigue reducir la contaminación del entorno y disminuir la contaminación sonora de las ciudades. La transición de vehículos de motor de combustión a alternativas más amigables y respetuosas con el medio ambiente, como vehículos privados o públicos eléctricos, supone un impacto en el bienestar de las personas al reducir la exposición de estas a la contaminación y el ruido. 

Hacer uso de medios de transporte eléctricos supone un ahorro para los bolsillos, ya que los costes de mantenimientos son más económicos que los de un vehículo convencional y se pueden beneficiar de incentivos fiscales. 

Otro aspecto importante y positivo de apostar por la industria de la movilidad ecológica y sostenible es la creación de nuevos puestos de trabajo. La industria de los vehículos eléctricos está en pleno crecimiento. Además, promover la movilidad sostenible entre la población de las grandes urbes supone una diversificación de las opciones de transporte, logrando transformar las ciudades. Las zonas céntricas ven reducida la presencia de vehículos de combustión, dando paso a crear zonas verdes y peatonales, promoviendo el uso de bicicletas y sistemas de transportes más respetuosos con el medio ambiente. 

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Ejemplos de movilidad sostenible en ciudades

A lo largo del mundo, ya son varias las ciudades que se han puesto manos a la obra con proyectos para promover una movilidad sostenible. Rio de Janeiro, es el ejemplo más destacable, esta gran urbe de Brasil con casi 7 millones de habitantes ha promovido cambios en su transporte público al apostar por un tranvía eléctrico. Se trata de un vehículo con una capacidad de 420 personas por viaje, que no depende de cables y se alimenta en diferentes puntos de sus 28 kilómetros de vía.

En España también entramos buenos ejemplos, como Barcelona, la ciudad condal ha desarrollado planes de movilidad urbana con el foco de priorizar al peatón y a las bicicletas, reduciendo el espacio de vehículos privados y fomentando el uso de transporte público. La capital vasca, Vitoria-Gasteiz, fue premiada como European Green Capital en el año 2012 por liderar el camino hacia una vida urbana más respetuosa. En la actualidad sigue trabajando por hacer de la ciudad un lugar con alta calidad de vida promoviendo varias iniciativas a favor de la movilidad sostenible. La limitación a 30 de toda la ciudad, con reducción general de la velocidad de vehículos motorizados a velocidades que no superen los 30 kilómetros/hora, tiene como objetivo incrementar la seguridad de las bicicletas y otros vehículos de movilidad  sostenible.