Fluctuación laboral

Gestión del talento

Se entiende por fluctuación laboral el cambio en el número de empleados o empleadas de una empresa a lo largo de un intervalo de tiempo determinado.

Tiene en cuenta así el número de trabajadores y trabajadoras entrantes, por ejemplo, tras procesos de contratación externa, y los salientes, independientemente de la causa que haya motivado dicha salida. También se conoce como rotación de personal.

A veces, la fluctuación laboral también tiene en cuenta la movilidad interna, dentro de una misma organización. Es decir, además de contabilizar a quienes se marchan a otra empresa o simplemente abandonan su puesto de trabajo, toma en consideración cambios entre sedes, empresas pertinentes a un mismo grupo, etc.

Claves de la fluctuación laboral

La fluctuación laboral responde en muchas ocasiones al deseo del trabajador o trabajadora por mejorar sus condiciones laborales al no haber encontrado en su actual puesto las ventajas necesarias para satisfacer aquellos requisitos que considera ideales.

El cambio de salario a otro más alto suele ser un buen motivo, pero no el único y de hecho, no el que suscita una necesidad de cambio imperioso, especialmente en perfiles cualificados. Otras motivaciones responden a:

Falta un plan de carrera que resuelva las aspiraciones de crecimiento profesional.
Falta de reconocimiento ante el esfuerzo invertido en la empresa.
Falta de flexibilidad horaria y medidas de conciliación.
Sobreesfuerzo continuado debido a una mala gestión en las cargas de trabajo y reparto de tareas.
Falta de correspondencia entre la remuneración recibida, el grupo profesional o rol asignado y la carga de trabajo o responsabilidades.
Un mal clima laboral o ambiente tóxico de trabajo, lo cual deriva en desmotivación, síndrome del burnout cuando no en estrés crónico, fatiga mental y ansiedad.

La rotación o fluctuación laboral en las empresas ha adquirido valores excesivamente altos en determinados sectores, de tal forma que está asociada a una connotación negativa. Es decir, en aquellas empresas donde la fluctuación es elevada, se entiende que las condiciones de trabajo no son halagüeñas. Esto merma considerablemente la capacidad de dichas organizaciones a la hora no solo de fidelizar, sino de atraer talento cualificado.

De hecho, una alta tasa de rotación puede llegar a paralizar una empresa por completo. En algunos casos, las consecuencias de una excesiva fluctuación laboral son:

Aumento de costes derivados de procesos constantes de reclutamiento y formación.
Pérdida de valor humano cualificado y con alta experiencia en la empresa.
Descenso de la productividad por varios motivos: huida de profesionales experimentados (fuga de cerebros), desmotivación de la plantilla, problemas psicosociales arraigados en los equipos de trabajo, exceso de bajas por incapacidad temporal, etc.
Desaparición de los valores de empresa y de la filosofía de trabajo, pues se diluyen por el continuo vaivén de profesionales.
Incapacidad para planificar a largo plazo.
Falta de profesionales que articulen el relevo generacional a través del ejercicio de mentoría.

Tales son los efectos negativos de la fluctuación laboral que son cada vez más las empresas que toman medidas concretas para frenar la rotación de sus empleados y empleadas.

*Véase Rotación laboral

Volver al Diccionario de RRHH