Presentismo laboral

Gestión del talento

El presentismo laboral se refiere a una modalidad de trabajo en la que el empleado o empleada ha de estar presente en su puesto de manera física. El presentismo laboral es propio de culturas corporativas que promueven un férreo control sobre los equipos de trabajo y una estructura organizativa fuertemente jerarquizada.

Hoy en día, y siempre que hablemos de actividades profesionales donde el trabajo a distancia tiene cabida, el presentismo laboral se asocia a un modelo de trabajo poco efectivo y escasamente competitivo, a menudo reñido con otros conceptos que son tendencia como la flexibilidad laboral o la conciliación, cada vez más reivindicadas por las plantillas.

El presentismo laboral, sin embargo, sigue arraigado en la cultura de muchas organizaciones.

Claves del presentismo laboral

El presentismo laboral responde a un forma de trabajo que apenas contempla la posibilidad de brindar mayor autonomía a los y las profesionales.

Entendemos por autonomía la capacidad de los equipos de trabajo para organizar sus propios tiempos dentro de la jornada laboral, trabajar por objetivos, aplicar cambios en el desempeño para alinear este con habilidades o criterios personales para una mayor efectividad y motivación, y que incluye a los y las profesionales en los procesos de toma de decisiones.

Así pues, el presentismo laboral suele ser común en organizaciones piramidales donde la figura CEO protagoniza un liderazgo autoritario y escasamente participativo.

A menudo, en dichos ambientes de trabajo, se premia la permanencia en el puesto por encima de la productividad, la efectividad, la innovación o la originalidad.

Llevado al extremo, el presentismo laboral suele caracterizarse por pasar por alto las necesidades de la plantilla en relación a los tiempos de descanso o las necesidades de conciliar vida personal, familiar y laboral. Tampoco suele prestar atención a los planes que tratan de incrementar el bienestar físico y mental de los empleados y empleadas. Demuestra, así, falta de confianza en la plantilla y falta de interés por sus expectativas.

El presentismo laboral puede derivar en un problema de exceso de horas por abuso de la jornada de trabajo. Un problema común en el mercado laboral que ha intentado atajarse desde la Administración central tomando medidas como la obligatoriedad del registro horario para todas las empresas.

En el sector servicio, por ejemplo, exceder ampliamente la jornada laboral, incluso cuando esas horas adicionales no van a ser remuneradas, ha sido una tónica predominante. Pasar más horas de las exigidas o debidas en el lugar de trabajo ha sido una costumbre arraigada.

Este tipo de presentismo laboral tiene enormes consecuencias negativas para la plantilla y para la organización. Muchos de los empleados y empleadas acaban por buscar otras opciones de empleo que no conlleven jornadas exhaustivas de trabajo que, en muchos casos, acaban por desencadenar problemas de salud mental. Además de un cansancio físico crónico y un fuerte desapego hacia la empresa.

En definitiva, un riesgo para la capacidad productiva, la alta tasa de rotación o absentismo y un flaco favor al employer branding de la organización y a su capacidad de engagement laboral.

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