Agravio comparativo laboral
El agravio comparativo laboral hace referencia a una situación de trato desigual a determinadas personas en el entorno de trabajo.
Es decir, el empleado o empleada se siente discriminado al padecer un trato diferente o presentar unas condiciones distintas (peores) a las del resto de compañeros o compañeras en una situación similar dentro de la empresa.
El agravio comparativo en el trabajo se produce cuando existen, por ejemplo, desigualdades salariales y de oportunidades entre profesionales que realizan tareas prácticamente iguales.
Sin embargo, el agravio comparativo laboral puede darse a diferentes niveles y respecto a factores distintos como causa de discriminación, por ejemplo:
Las condiciones de trabajo.
El salario u otras compensaciones, dinerarias o en especie.
Las oportunidades de desarrollo.
La flexibilidad laboral.
La falta de coherencia entre la carga de trabajo, la responsabilidad y la retribución.
En muchas ocasiones, esta situación de agravio comparativo laboral responde a motivaciones como la discriminación basada en género, orientación sexual o raza.
El agravio comparativo se recoge en el Estatuto de los Trabajadores, cuando se refiere a la igualdad de trato, de oportunidades y de remuneración entre hombres y mujeres, en la legislación que trata de promover la igualdad de género y en los convenios colectivos.
En casos como los anteriores, por ejemplo, cuando una mujer recibe un trato menos favorable por el mero hecho de serlo, es decir, ante una situación comparable u objetivamente igual a la del resto de compañeros, pueden emprenderse acciones legales. Es decir, existen mecanismos para denunciar y revertir una situación de agravio comparativo laboral en atención al género o cualquier otra motivación discriminatoria.
Impacto del agravio comparativo
El impacto del agravio comparativo respecto a ciertos empleados y empleadas puede ser muy negativo, tanto para la plantilla como para la empresa.
Por un lado, menoscaba el bienestar físico, mental y emocional de las personas, perjudicando seriamente la motivación, rendimiento y compromiso de trabajadores y trabajadoras respecto a la corporación. Por otro, afecta a la imagen de la empresa, su capacidad para atraer talento y, por ende, su marca como empleadora al no respetar la legislación vigente en lo que respecta a los derechos de los y las profesionales. Este último punto menoscaba valores corporativos como la integridad, la justicia y la igualdad.
En los equipos de trabajo, el agravio comparativo suscita:
Descontento general.
Falta de transparencia.
Conflictos entre compañeros y compañeras.
Sentimiento de frustración e injusticia.
Un ambiente de total desconfianza.
Aumento de la falta de seguridad.
Incremento del nivel de rotación de personal.
El agravio comparativo laboral en el seno de las empresas suele combatirse desde los departamentos de RRHH mediante:
Políticas de equidad y transparencia respecto a la retribución dineraria, las compensaciones y los beneficios a los que tienen derechos los talentos.
Herramientas para la identificación y el manejo efectivo del agravio comparativo.