Habilidades para un trabajo
Las habilidades para un trabajo son el conjunto de capacidades, atributos personales y conocimientos que facilitan a una persona responder con presteza a las exigencias de un determinado puesto de trabajo y alcanzar los objetivos asignados por la organización. Es decir, permiten a las personas desarrollar su desempeño eficazmente y crecer profesionalmente en la medida que crece su empresa o proyecto personal.
En la última década, estas habilidades se han multiplicado. Es decir, las organizaciones necesitan cada vez equipos más cualificados, capaces de responder a exigencias técnicas cada vez mayores, pero también sociales y emocionales.
De hecho, habilidades para el trabajo como la predisposición al cambio, la comunicación, la creatividad o el liderazgo humanista se cuelan en la lista de habilidades más demandadas junto a todas esas destrezas técnicas que precisan las tecnologías disruptivas de incorporación en la empresa.
Las habilidades para el trabajo suelen agruparse en habilidades blandas (soft skills) o habilidades duras (hard skills). Estas, a su vez, incluye subtipos, como las habilidades digitales, las habilidades sociales o las habilidades emocionales. Las habilidades en el trabajo se adquieren y desarrollan a lo largo de toda la vida.
Tipos de habilidades para el trabajo
Las soft skills o habilidades para un trabajo blandas se refieren a esas habilidades innatas que permiten a los y las profesionales desempeñar con éxito su trabajo diario.
Se les denomina innatas porque están asociadas a la propia personalidad del trabajador o trabajadora. Se trata así de características o rasgos, por así decirlo, personales o de habilidades sociales adquiridas desde la más tierna infancia y en un también ambiente doméstico, aunque se pueden adquirir y desarrollar.
Algunos ejemplos son la empatía, la capacidad de comunicarse desde la positividad, etc., pues facilitan las relaciones humanas en el entorno laboral y son imprescindibles en aquellos roles de liderazgo que necesitan gestionar grupos de alto rendimiento a través de una perspectiva humanista y emocional.
Por su parte, las hard skills son habilidades para un trabajo duras, es decir, conocimientos técnicos adquiridos a través de la formación y la experiencia, y cada vez más importantes en la medida en que la digitalización de las empresas o la robotización se abren camino.
Análisis de datos, gestión de herramientas de marketing, programación de soluciones con IA…, son algunos ejemplos.
Este tipo de habilidades son asumibles más fácilmente, ya que responden a planes formativos específicos. Dado el progreso tecnológico y el grado de innovación actual, es necesario reciclar constantemente esas capacidades duras con el fin de responder a las necesidades y desafíos de las compañías.
Por su parte, las habilidades para el trabajo sociales forman parte de las soft skills y son cada vez más demandadas por las empresas en puestos de alto nivel.
Están las básicas, que permiten un trato correcto con compañeros y compañeras y el buen desarrollo de la actividad profesional, y las avanzadas y estratégicas, capaces de impulsar a todo un equipo de trabajo y llevarlo lo más lejos posible en su desempeño, desarrollo y en la consecución de los resultados corporativos: capacidad de transformación, poder de inclusión, etc.
Actualmente, las empresas buscan perfiles que atesoren todas estas habilidades en mayor o menor medida. Es más, buscan perfiles capaces de reconfigurar todas estas habilidades para adecuarlas a las exigencias de los tiempos. Es decir, que posibiliten el cambio e incorporación de nuevas habilidades para el trabajo.
*Véase Had Skills y Soft Skills