Micromanagement

Gestión del talento

El micromanagement es un método de gestión empresarial que aboga por un control férreo sobre los equipos de trabajo. Suele ser habitual que en este tipo de modelo no tengan cabida fórmulas como el teletrabajo, pues quienes ostentan el liderazgo desean inspeccionar constantemente el desempeño de los y las profesionales.

Claves del micromanagement

Cada vez son menos las empresas que apuestan por el micromanagement, pues se aleja de los estilos de liderazgo y gestión de talentos que son tendencia hoy en día. Aquellos que apuestan por el empoderamiento de las plantillas al brindarles mayor autonomía no solo en los métodos de proceder, sino en la gestión del propio tiempo para llevar a cabo las tareas asignadas o conseguir los objetivos corporativos. Se opone así a las fórmulas de autogestión con el fin de aumentar el propósito.

De hecho, el micromanagement se caracteriza por la falta de confianza en el equipo de trabajo, adoptar un modelo empresarial piramidal, centrado solo en las tareas completadas diariamente por la plantilla, poco flexible, muy opaco y nada participativo.

Los líderes que ostentan organizaciones bajo el micromanagement raramente aprovechan el potencial del equipo, dejando así anulado su poder de creación.

Todo ello suele suscitar una gran desmotivación en la plantilla, disminución de la autoestima y la aparición de niveles altos de estrés. En definitiva, la pérdida de productividad por el impacto que tiene la satisfacción de los empleados y empleadas sobre su desempeño y por la falta de eficacia a la hora de gestionar los recursos disponibles.

El auge del micromanagement puede situarse a mediados del siglo XX, cuando comenzaron a surgir grandes corporaciones y comenzó a extenderse la idea de que sistemas más rígidos de supervisión y control traerían mejores resultados al maximizar la productividad.

En las últimas décadas, la tecnología ha facilitado aún más el micromanagement en aquellos mercados o empresas que siguen apostando por esta estrategia. Las herramientas digitales y la IA permiten a las organizaciones monitorear la productividad de los empleados y empleados, además de otros detalles operativos, en tiempo real, trayendo consigo prácticas de dudosa legalidad en lo que respecta a la protección de datos personales, entre otras connotaciones negativas. De hecho, hoy en día, el término se utiliza comúnmente para describir una práctica de gestión que es vista como ineficaz y desmotivadora.

Y es que, entre los efectos del micromanagement sobre la cultura corporativa encontramos un ambiente de trabajo tóxico, donde prevalece la desconfianza y la falta de comunicación abierta; altas tasas de rotación de personal, ya que los empleados y empleadas buscan ambientes laborales más flexibles y donde gocen de cierta autonomía; un índice superior en términos de bajas de incapacidad temporal suscitadas por problemas emocionales. Estos últimos derivados del
monitoreo constante a través de software inteligentes.

El micromanagement sigue siendo una práctica común en muchas organizaciones, especialmente en aquellas ligadas a sistemas autoritarios, a pesar de sus efectos negativos sobre la moral de los empleados y empleadas, la cultura organizacional y la productividad a largo plazo.

Volver al Diccionario de RRHH