Organigrama vertical
El organigrama vertical es un tipo de estructura organizacional. De hecho, es uno de los más tradicionales, caracterizado por una clara jerarquía de mando y niveles de autoridad definidos. En este tipo de organigrama, cada empleado y empleada tiene un rol definido e inamovible, una persona que supervisa directamente su trabajo y a la cual el profesional debe reportar y una cadena de mando férrea y jerarquizada que se establece desde los niveles más altos hasta los más bajos de manera piramidal.
Claves del organigrama vertical
Cada nivel de la organización tiene una autoridad específica, con empleados y empleadas subordinados que reportan a supervisores directos. En la cúspide figura la persona que ostenta el cargo de CEO. Y en la cadena de mando, la comunicación y las instrucciones fluyen de arriba hacia abajo por niveles jerárquicos.
Un organigrama vertical incluye roles como el CEO, directores y gerentes de alto nivel. También supervisores y gerentes que lideran y gestionan equipos o departamentos específicos y, por último, empleados y empleadas de nivel base que realizan las tareas diarias y operativas.
Así, en un organigrama vertical, las responsabilidades y tareas están claramente definidas y especializadas en cada nivel jerárquico y la información generalmente fluye de manera vertical. Es fácil identificar quién es responsable de qué, lo que facilita la rendición de cuentas, además, los y las supervisoras pueden monitorear y controlar eficazmente el trabajo de sus subordinados, que normalmente responden a la implementación de políticas y procedimientos estandarizados.
Algunas de las desventajas del organigrama vertical
Rigidez y resistencia al cambio que puede impedir adaptarse rápidamente a cambios del mercado o innovaciones.
La toma de decisiones puede ser lenta debido a la necesidad de aprobación en varios niveles jerárquicos. También la comunicación puede ser lenta y distorsionarse en ese flujo descendente a través de diversos niveles jerárquicos.
Cierta falta de autonomía, pues los empleados y empleadas de niveles inferiores pueden sentirse desmotivados debido a la falta de autonomía y participación en la toma de decisiones.