Desconexión digital

Cultura organizacionalLeyes laborales

La desconexión digital se refiere a un derecho motivado por el uso de las nuevas tecnologías y herramientas digitales en los entornos profesionales.

Estas últimas han incrementado la conectividad constante de los trabajadores y trabajadoras con las empresas, especialmente durante la pandemia sanitaria y como consecuencia del teletrabajo, poniendo en tela de juicio los límites efectivos entre la vida laboral y personal.

El derecho a la desconexión digital contribuye a garantizar el derecho al descanso, a la conciliación, a la intimidad y a salud de las personas trabajadoras.

Claves de la desconexión digital

El derecho a la desconexión digital se abre camino en la UE desde que en 2021 la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo aprobase un informe de iniciativa legislativa en el que pedía a la Comisión Europea una propuesta de directiva para los Estados miembros. En ella debían establecerse requisitos mínimos en relación con el derecho a la desconexión, pues no existía un marco jurídico europeo al respecto.

De hecho, esta es una de las líneas prioritarias del actual Marco estratégico de la UE en materia de seguridad y salud en el trabajo (2021-2027).

Hoy en día, la desconexión digital constituye un pilar básico de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, inevitable para garantizar la salud mental, emocional y física de los equipos de trabajo, así como su bienestar en entornos de trabajo saludables y que garanticen la conciliación de la vida profesional y personal y familiar.

España ha sido uno de los primeros Estados miembros en recoger en su legislación aspectos sobre desconexión digital.

Esta última aparece reflejada en la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, y en la Ley 10/2021, de Trabajo a Distancia. La primera señala que “los trabajadores tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar”.

Cada vez son más las organizaciones que adoptan la desconexión digital dentro de sus programas de bienestar, desarrollando además acciones de formación y sensibilización para toda la plantilla sobre las consecuencias negativas de la sobreexposición tecnológica y la conectividad permanente.

De hecho, la Inspección de Trabajo puede sancionar a las empresas por socavar el derecho a la desconexión digital de sus empleados o empleadas, especialmente si este es reiterativo. Es decir, el o la profesional recibe continuamente correos electrónicos o mensajes fuera de su jornada laboral, puesto que la recepción de este tipo de contenidos debe quedar circunscrita al horario de trabajo.

Preservar el derecho a la desconexión digital en la empresa es trabajar por el bienestar de los empleados y empleadas, especialmente por quienes padecen estrés o ansiedad laboral. En otras palabras, es trabajar a favor de la fidelización del talento y de plantillas más sanas y más productivas que incurren en una menor tasa de baja por enfermedad temporal.

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