Economía colaborativa: oportunidades de compartir recursos y habilidades
La economía colaborativa es un concepto en alza desde principios de la década pasada, cuando internet comenzó a posibilitar nuevas oportunidades basadas en la cooperación en tiempo real. Hoy en día, la economía colaborativa está detrás de algunas de las fórmulas más exitosas en sectores clave de nuestra economía.
¿Qué es la economía colaborativa?
Economía colaborativa ¿qué es? La economía colaborativa posibilita que personas y organizaciones puedan compartir recursos, bienes y servicios a través de plataformas digitales.
Principales características de la economía colaborativa
La economía colaborativa, de hecho, tiene entre sus grandes ventajas la promoción del uso eficiente de los recursos y una reducida necesidad de propiedad individual. ¿Por qué? Porque este modelo se basa en la idea de intercambio, es decir, de que muchas personas accedan a bienes y servicios bajo demanda y a través de una interacción directa entre las partes.
De hecho, son características innatas a la economía colaborativa las siguientes:
- El uso compartido de recursos.
- El empleo de plataformas digitales como facilitadoras.
- La participación activa de los usuarios y usuarias.
De hecho, la economía colaborativa está transformando la manera en que consumimos a través de nuevas formas de interacción y negocio basadas en la cooperación y la confianza entre iguales.
Beneficios de la economía colaborativa
Entre los beneficios de la economía colaborativa figuran tres grandes puntos a favor:
Ventajas económicas
En el caso de la ciudadanía, esta puede hacer uso de bienes y servicios de manera temporal, solo cuando lo necesita, minimizando así los gastos de adquisición y aumentando las posibilidades de disfrute. Por ejemplo, alquilar una casa en lugar de comprarla o compartir un coche en lugar de tener uno propio.
Impacto social
Una amplia oferta, además, disminuye los precios de acceso a este tipo de bienes o servicios, posibilitando que personas con menos recursos puedan disfrutarlos.
Sostenibilidad ambiental
La economía colaborativa presupone una eficiencia de los recursos, al poner a disposición de múltiples personas un mismo bien para su uso colectivo.
Ejemplos de economía colaborativa
Encontramos múltiples ejemplos de economía colaborativa en el mercado hoy en día. Estos dan lugar a diversos tipos de economía colaborativa en función del sector en el que nos movamos.
Sectores clave
Algunos sectores clave donde la economía colaborativa se ha abierto paso a través de las nuevas tecnologías son:
- Transporte: solo tenemos que ver el éxito de alternativas como Uber o BlaBlaCar en toda Europa.
- Alojamiento: el caso de Airbnb ha revolucionado el sector turístico tal y como lo entendíamos hasta hace poco.
- Servicios: plataformas como la que proporciona TaskRabbit ha introducido en el sector un nuevo servicio para muchos clientes y clientas.
Los anteriores no son los únicos sectores estratégicos en nuestro mercado que han acogido proyectos de economía colaborativa. El sector de la energía sostenible, por ejemplo, a través de redes de pequeños productores y productoras que permiten la participación en la producción y consumo energético.
Desafíos y críticas a la economía colaborativa
Algunos de los modelos de economía colaborativa, sin embargo, han suscitado grandes polémicas debido a las consecuencias adicionales que genera en torno a:
- La Regulación y Legislación. Ciertas propuestas se han valido de un “vacío legal” al respecto para garantizar su competitividad frente a modelos tradicionales. Esto ha procurado una desigualdad de condiciones en el mercado que ha precisado de regulación posterior. Un buen ejemplo es el conflicto protagonizado por los taxis y los VTC en España o entre Airbnb y el sector de la hostelería.
- Seguridad y Confianza. Las plataformas de economía colaborativa suelen usar sistemas de calificación y reseñas para generar confianza entre los y las participantes. Esto permite evaluar la fiabilidad y calidad del bien o servicio ofrecido. Pero esas reseñas no siempre son reales y a menudo suscitan cierta desconfianza entre los consumidores y consumidoras, que no saben a qué atenerse.
De hecho, la economía colaborativa se enfrenta una serie de retos y desafíos tanto a nivel regulatorio como social y ético que tiene que ver con la falta de regulación, la precarización laboral, la seguridad y protección a la ciudadanía consumidora y el impacto en el mercado tradicional laboral o en las comunidades tradicionales, entre otros.