¿Qué significa ser una persona estoica?
Solo la cantidad de títulos literarios basados en el estoicismo: en sus enseñanzas, en sus precursores, en sus beneficios…, durante los cuatro últimos años, abruma. Y es que, podríamos hablar de un fenómeno como el estoicismo moderno, que revisa las enseñanzas de los clásicos para adaptarlas al contexto actual. Todo un movimiento que merece, cuanto menos, nuestra atención.
¿Qué es el estoicismo y quiénes son los estoicos?
El estoicismo ha vuelto porque algunos de los grandes CEO del momento han reivindicado los emblemas de la escuela estoica. Sí, esa que predicaron filósofos clásicos como Marco Aurelio o Séneca. Y es que, al parecer, los retos que afrontaron esos personajes no distan mucho de los que afrontan los líderes de la presente década.
De hecho, David Hernández de la Fuente, escritor, crítico, traductor y catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense de Madrid, ha publicado, junto a Javier Gomá y Carlos García Gual, un interesante libro sobre el estoicismo romano centrado en tres figuras de gran relevancia para su configuración bajo el título El estoicismo romano, Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, editado por Arpa. Y con esta misma editorial, ha traducido y editado las Meditaciones de Marco Aurelio (2023) y ha llevado a cabo una nueva traducción del famoso Manual de Epicteto, obra cumbre del pensamiento estoico (2024).
Es decir, el estoicismo romano está de moda, al parecer, porque resulta eminentemente práctico para su uso cotidiano. Y porque muestra el camino a seguir por los y las nuevas profesionales en el desarrollo de una carrera basada en: una ética profesional garante de los valores humanistas, la resiliencia y la mesura o el autocontrol.
Características de la persona estoica
Pero, ¿cuáles son las cualidades de un buen profesional estoico? El estoicismo surgió en el siglo III antes de Cristo en Atenas, Grecia, con la figura de Zenón de Citio. Pero fue la escuela romana la que configuró el concepto moderno del estoicismo, que vivimos ahora de manera adaptada a las necesidades y expectativas de la época.
Por ejemplo, el estoicismo habla de mesura, de sentido de la responsabilidad y de justicia social, que es precisamente lo que la ciudadanía reivindica a las empresas.
De hecho, la legislación europea está habilitando un marco jurídico para garantizar que las empresas cumplen con esas exigencias, articulando así una herramienta en favor de los derechos de los consumidores y consumidoras.
Por otra parte, preconiza la reflexión, el autocontrol, lejos del impulso y la visceralidad, y el autoanálisis. ¿Y de qué trata sino la inteligencia emocional o la psicología positiva de hoy en día? ¿Y todas esas habilidades blandas que pedimos a los y las profesionales, y más aún a los roles de liderazgo actualmente?
Beneficios de la persona estoica
La persona estoica debe ser además resiliente, dispuesta a abrazar el cambio y la transformación como partes inherentes de su actividad y devenir. Y qué mejor época que la actual, donde los conflictos bélicos, los desafíos medioambientales y las tecnología disruptivas hacen de la palabra resiliencia una necesidad mayúscula en las organizaciones.
Encarnar esos valores o rasgos distintivos es configurarse como una persona estoica, analítica, capaz de tomar decisiones acertadas a pesar de la presión, siempre encaminadas hacia un bien común.
Al estoicismo romano dedicó unas interesantes jornadas la Fundación Juan March en Madrid el pasado año de la mano de personas expertas. Sumergirse en los contenidos digitales que dejó tras de sí es hacerlo en una forma de pensar y de actuar que hoy parece más viva que nunca.