Baja por estrés laboral
La baja por estrés laboral es aquella incapacidad temporal (IT) o baja médica fruto del problema de salud mental que supone esta dolencia para un trabajador o trabajadora.
Dicho estrés, en este caso, es de índole laboral, es decir, tiene su raíz en el entorno de trabajo y no en el ámbito doméstico. Por lo tanto, se trata de una IT por contingencias profesionales, es decir, que se produce por circunstancias inherentes o relacionadas con el puesto de trabajo.
Si bien, hoy en día resulta complicado demostrar que la causa exclusiva del estrés es el trabajo, es decir, que se trata de un accidente laboral.
Una de las razones es que dicha enfermedad no ha sido declarada como tal y no aparece en el cuadro de enfermedades profesionales del sistema de la Seguridad Social donde se establecen criterios para su notificación y registro.
Claves de la baja por estrés laboral
Una baja por estrés laboral se concede cuando la Mutua en cuestión, tras valorar a la persona paciente, detecta que presenta un cuadro incapacitante de cara a la realización de sus tareas profesionales, que necesita tratamiento específico o cierto periodo de observación médica, y que dicha incapacidad proviene de causas exclusivas del entorno laboral.
Así pues, la sintomatología ha de ser valorada por las y los facultativos de los servicios de salud, encargados de dictaminar el diagnóstico de estrés laboral incapacitante, aunque temporalmente, para el desempeño de las obligaciones laborales.
Como en toda baja temporal, mientras ésta dure, la persona afectada tendrá derecho a recibir una compensación económica destinada a cubrir la falta de ingresos durante ese tiempo determinado.
En cuanto a los requisitos de acceso a esta última, la baja por estrés laboral comparte los mismos que cualquier otra incapacidad temporal por contingencias profesionales.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) estima, en su manual de tiempos óptimos de IT, que, por ejemplo, una reacción aguda de estrés requiere 15 días de baja laboral, es decir, de recuperación. Y eleva a 90 días los cuadros de estrés postraumático y a 30 otras reacciones de estrés leve.
Sin embargo, en cuanto al límite de duración, la baja por estrés laboral funciona como cualquier otra: con un máximo de 365 días prorrogables a 180 días más. Tras ese periodo, el o la profesional quedará a disposición de un tribunal médico que determinará si es necesario concederle una incapacidad.
Incremento del estrés laboral
La incidencia de los trastornos mentales ha aumentado en España durante la última década, siendo el estrés, la ansiedad y la depresión los más comunes.
De hecho, las bajas laborales a causa de este tipo de problemas asociados a la salud mental se han incrementado en más de un 100 % desde 2016, según datos de la Seguridad Social. Y representa ya el segundo problema de salud más frecuente entre los trabajadores y trabajadoras de la UE tras los trastornos musculoesqueléticos.
Este repunte se explica por las consecuencias que tuvo en trabajadores y trabajadoras la pandemia, pero no en exclusiva. El denominado tecnoestrés, el burnout, el workalcoholic o la isifemia (un grado de perfeccionismo tal en el entorno laboral que produce estrés crónico y cansancio patológico que se acumula años tras año), reman a favor de un incremento constante de las cifras.