Competencias laborales

Las competencias laborales son el conjunto de conocimientos, habilidades e incluso actitudes y valores que una persona posee y que le permiten desempeñar de manera exitosa las tareas y responsabilidades asociadas a un determinado puesto de trabajo.

Las competencias laborales se dividen en diferentes categorías y han cobrado relevancia en los últimos años, pues favorecen el desempeño de ciertos roles dentro de la empresa, como la capacidad de trabajar en equipo o de sobreponerse a las dificultades a través de alternativas innovadoras.

En las empresas actuales, de hecho, cobran relevancia los procesos de selección y la gestión del talento humano por competencias laborales, con el fin de potenciar la capacidad de los equipos de trabajo.

Así pues, las competencias laborales van más allá de la formación académica o la experiencia laboral acumulada. Tiene que ver con rasgos característicos de ciertas personalidades y de valores éticos y morales adquiridos. Aún con todo, sea cual sea la competencia laboral de la que hablamos, todas ellas pueden desarrollarse.

Tipos de competencias laborales

Competencias técnicas: También conocidas como hardskills, están relacionadas con conocimientos técnicos. Son las más fáciles de asumir y potenciar si se cuenta con el plan formativo adecuado, y se pueden medir y evaluar fácilmente. Algunos ejemplos son el conocimiento de un software específico, habilidades de programación, el manejo de maquinaria, etc.

Competencias transversales: También conocidas como softskills, son habilidades con una gran carga emocional y que precisan de un desarrollo personal para impulsar el desarrollo grupal en torno a ellas. Aquí entrarían la comunicación positiva, la empatía, el trabajo en equipo, el liderazgo…, relacionadas con la inteligencia emocional.

Competencias básicas: Son aquellas competencias fundamentales, que deben poseer todos los trabajadores y trabajadoras hoy en día, independientemente del sector o el puesto. Estas incluyen la capacidad de utilizar tecnología de la información básica, como un ordenador, o la habilidad para comunicarse con fluidez, por ejemplo.

Competencias estratégicas: Van más allá. Se trata de aquellas habilidades que marcan la diferencia entre profesionales y que pueden mejorar el desempeño de todo un departamento por el efecto contagio o la capacidad para gestionar las relaciones interpersonales. Se trata de competencias como la ética de trabajo, la motivación y capacidad para motivar a los demás, etc.

Existen, además, competencias laborales específicas al puesto de trabajo. Estas varían ampliamente entre diferentes roles y sectores de actividad.

Los y las profesionales capaces de cultivar, atesorar y potenciar las competencias laborales adecuadas lograran mejorar su desempeño, pues estarán en posición de realizar sus tareas de manera más efectiva y eficiente; mejorar su desarrollo profesional, al permitirles asumir mayores responsabilidades y roles más avanzados, y también personal, pues facilitan la adaptación a los cambios en el entorno laboral, y la competitividad y satisfacción laboral.