Compliance

Leyes laborales

El compliance o cumplimiento normativo es aquel conjunto de buenas prácticas impulsadas desde la empresa para el desarrollo de su actividad conforme a la legislación vigente.

Este recoge un conjunto de procedimientos y protocolos internos al que están sujetos todos los miembros de la organización y que tratan, así, de respaldar la legalidad de todas las operaciones empresariales.

El compliance permite, además, identificar los riesgos legales asociados a la actividad empresarial, así como desarrollar soluciones internas que permitan prevenirlos y actuar ante ellos.

Hoy en día, el compliance es ineludible a la actividad empresarial. Y no solo para garantizar el desarrollo de la actividad dentro de los marcos legales, sino para salvaguardar el futuro de la organización protegiéndola de problemas sobrevenidos por el incumplimiento de las normas, ya sean de carácter nacional o internacional, en función del mercado o mercados en los que se opere.

La importancia del compliance

El compliance surgió en la década de los 70 en EE.UU. ante los casos de corrupción en los que recalaban múltiples empresas.

En nuestro país llegó algo más tarde y de la mano del sector financiero, por la fuerte regulación a la que estaba sometido.

Sin embargo, con la llegada de la Ley Orgánica 5/2010 de la Reforma del Código Penal, que ponía el foco sobre la responsabilidad penal de las empresas, el compliance comenzó a generalizarse en el resto de sectores económicos.

Un marco regulatorio cada vez más complejo y que avanza con rapidez tanto en la UE como en los Estados miembros ha obligado a las empresas españolas a adoptar medidas de compliance aún más rigurosas en los cinco últimos años.

La nueva legislación en materia de prevención de blanqueo de capitales o regulación del uso de la IA son dos ejemplos de las necesidades que han de solventar en materia de compliance todas las organizaciones.

Claves de los programas de compliance

La mayoría de las organizaciones, especialmente las grandes, disponen de un programa de cumplimiento. Este pretende garantizar no solo el acatamiento, por parte de la empresa, de todas y cada una de las normas a las que está sujeta su actividad, sino que toda persona involucrada en la misma responda al código ético y de conducta de la organización.

Para velar por ese cumplimiento, las empresas tienen varias opciones: recurrir a la colaboración externa, de gabinetes especializados; designar una compliance officer propia o delegar tal actividad en el departamento de RRHH. Esta última suele ser la opción común entre pymes.

Las ventajas del compliance no solo apelan al cumplimiento de la normativa en vigor evitando así problemas legales, sino que recalan en un aumento de la transparencia y de la honestidad, así como de la ética empresarial. Es decir, procuran una imagen de marca más positiva y, con ello, incrementar la confianza y fidelización tanto del talento humano como de los consumidores y consumidoras, en definitiva, de la ciudadanía.

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