Desarrollo organizacional

Cultura organizacional

El Desarrollo Organizacional (DO) es un instrumento para el incremento de la eficiencia organizacional. Es decir, la mejora de la capacidad de una empresa sin recurrir a un aumento de los efectivos o recursos. Así pues, tiene que ver con un mayor rendimiento de los individuos, tanto de manera autónoma como grupal, entendido este como respuesta a un clima organizacional positivo.

Así pues, el desarrollo organizacional trata de generar las bases de un ambiente de trabajo en el que empleados y empleadas se sientan a gusto. Porque de esta forma aumentarán su satisfacción, motivación, rendimiento y productividad.

Dicho esto, las claves de ese desarrollo organizacional son cambiantes, pues deben responder a las nuevas necesidades de empresas y profesionales desprendidas del ecosistema político, social, etcétera.

Hoy en día, por ejemplo, la capacidad de resiliencia, transformación y aceptación del cambio tecnológico sin reticencias suponen elementos imprescindibles de ese clima de trabajo y desarrollo organizacional.

Claves del desarrollo organizacional

El desarrollo organizacional se apoya en procesos de análisis de datos con el fin de mejorar la productividad.

Estos pueden recabarse gracias a herramientas del tipo People Analytics, capaces de contabilizar, medir y comparar el comportamiento de empleados y empleadas. Supone, además, un área de investigación científica que analiza la respuesta del comportamiento humano a ciertos estímulos capaces de responder a las expectativas y necesidades de los equipos de trabajo.

El desarrollo organizacional presupone el diseño y puesta en práctica de estrategias orientadas al talento humano, capaces de aumentar su rendimiento a través de una aplicación transversal. Tiene por tanto un carácter holístico.

Un desarrollo organizacional adecuado precisa de una estrategia que aumente la eficacia y efectividad individual pero también grupal. Por esa razón, incluye desde planes para el desarrollo del liderazgo como las sesiones personalizadas de coaching a estrategias participativas de equipo o planes de beneficios y bienestar que incluyen a toda la plantilla.

Entre los beneficios del desarrollo organizacional no solo están los de un incremento de la productividad. Si la estrategia ha sido planteada de manera adecuada, a largo plazo y en virtud de objetivos específicos, la organización puede, además, sumar ventajas decisivas para esta década.

Algunas de esas ventajas son la atracción de mano muy cualificada o el incremento de la capacidad de innovación y creatividad. También puede propiciar una disminución de algunas de las grandes lacras del mercado laboral, como son las bajas por incapacidad temporal derivadas de problemas psicosociales en el centro de trabajo.

De hecho, el desarrollo organizacional ha de responder plenamente no solo a los objetivos de la empresa, sino a los planteados por trabajadores y trabajadoras con el fin de mejorar sus condiciones laborales.

Todo ello contribuirá a la mejora de las relaciones humanas, que al fin y al cabo son esenciales en el desarrollo de una entidad, pues este se basa en los valores y actitudes que hacen de un clima organizacional una oportunidad de crecimiento a nivel profesional y personal.

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