Downsizing

Cultura organizacional

El downsizing es un término anglosajón para designar un nuevo enfoque en la reestructuración de las organizaciones. Este apuesta por una reducción del tamaño de la empresa mediante la disminución de los efectivos humanos en plantilla, es decir, el número de profesionales.

El objetivo del downsizing es garantizar, a través de un complejo proceso de transformación, una nueva estructura empresarial capaz de soportar un vaivén inesperado y desfavorable del mercado, posibilitando así la reducción al máximo de los costes fijos.

Claves del downsizing de empresa

Existen dos tipos de downsizing empresarial, apostar por uno u otro es decisivo para el futuro de la organización:

Downsizing reactivo, es decir, una reestructuración basada en el recorte de gastos, con especial hincapié en la plantilla, que no viene acompañada de un plan de actuación previo ni posterior en virtud a objetivos concretos a largo plazo.

Downsizing proactivo o estratégico. La empresa adopta un plan de resiliencia con la antelación suficiente como para amortiguar el golpe sin necesidad de recurrir a recortes radicales y de gran impacto en la plantilla. Este tipo de planes sopesan la transformación de la actividad económica, la reubicación de personal, las prejubilaciones, las bajas incentivadas, etc.

Este último tipo de downsizing garantiza la perpetuidad de la actividad empresarial a lo largo del tiempo prescindiendo del mínimo de efectivos posibles.

Para aquellos y aquellas que se van, garantiza además condiciones ventajosas y dignas, que satisfacen en mayor medida a los efectivos de esa plantilla excedente de cara a su salida de la organización o reubicación. Esta característica influye decisivamente en la marca empleadora de la entidad.

En definitiva, el downsizing estratégico permite disminuir los recursos humanos lo menos posible y tan solo en áreas clave. De hecho, posibilita la reestructuración de los departamentos, las responsabilidades, las funciones y las cargas de trabajo para evitar despidos, pues parte de una planificación minuciosa y consensuada con las partes.

A pesar de ello, existen desventajas que se desprenden de todo proceso de downsizing en tanto en cuanto conlleva la pérdida de talento humano y la transformación de la empresa en un momento de incertidumbre.

Entre las consecuencias negativas del downsizing​​ destacan:

Las desavenencias con los y las representantes de trabajadores y trabajadoras por su oposición a las medidas de reestructuración planteadas.
La caída en el nivel de rendimiento e incluso de la producción debido a una pérdida de motivación por parte de la plantilla, que sabe que será despedida o que teme que pueda serlo.
El surgimiento de un conflicto social, especialmente cuando la salida de los empleados y empleadas pone en jaque a toda una comunidad ante la falta de otras oportunidades laborales en la zona.
El aumento de los costes a largo plazo ante la necesidad de nuevas contrataciones, procesos de formación, etc., ante la vuelta a la normalidad.

Volver al Diccionario de RRHH