Jornada intensiva
En España, entendemos por jornada intensiva aquella que se desarrolla de manera continuada, sin pausas, a excepción de las reguladas por ley para favorecer el bienestar de los y las profesionales. Por ejemplo, una jornada continua puede incluir un descanso de 15 minutos para estirar las piernas o tomar un café, pero no una hora o dos para comer. Así pues, el empleado o empleada acomete una jornada completa de forma condensada.
Mientras que algunos trabajadores y trabajadoras disponen de jornada intensiva todo el año, muchos otros solo pueden disfrutar de ella durante los meses de verano.
Claves de la jornada intensiva
Aunque el Estatuto de los Trabajadores delimita las horas semanales que pueden trabajarse a la semana, no regula la jornada intensiva. De hecho, aplicarla o no emana de una decisión empresarial en función del tipo de cobertura que desee dar a sus clientes, los objetivos de producción, la capacidad para elevar los costes salariales y un largo etcétera.
No en vano, la jornada intensiva durante los meses de verano suele ser consecuencia de la negociación colectiva entre empresa y representantes de la plantilla, o bien de la decisión de la alta dirección de conceder ese beneplácito a los y las profesionales para facilitar su disfrute y conciliación durante las vacaciones escolares (parte de junio, julio, agosto y parte de septiembre).
De hecho, en España, los equipos de trabajo suelen referirse a la jornada intensiva como aquella que se realiza durante los meses de verano, incluso durante todos los viernes del año, también como beneficio empresarial. Mientras que aquellas jornadas intensivas que tienen lugar durante todo el año se denominan jornadas continuas.
Así pues, jornada intensiva sería aquella que tiene lugar todos los viernes del año o el día anterior a un festivo. También la que se limita a los meses de verano o vacaciones escolares.
En general, este horario comienza a las 8.00 horas y finaliza a las 16.00 horas, siempre y cuando los y las profesionales no dispongan de un horario flexible en las entradas y salidas ni de una reducción de jornada o contrato a tiempo parcial. Para poder disfrutar de la ventaja de salir una hora antes, a las 15.00 horas, tanto en verano como los viernes o antes de un festivo, algunas empresas establecen que sus empleados y empleadas adelanten ese tiempo a lo largo del resto de jornadas. Es decir, los trabajadores y trabajadoras suman a su jornada laboral algunos minutos más con el fin de disfrutar de esa reducción en días señalados.
Las jornadas intensivas o continuas suelen ser habituales en el sector público, donde normalmente son de mañana; en servicios de atención al público como los que prestan las entidades financieras o las compañías de seguros, y en el sector industrial, donde los sistemas de rotación de turnos incluyen jornadas intensivas de mañana, tarde y noche.
Los sectores donde resulta harto complicado disfrutar de este tipo de jornadas son los de hostelería, construcción o comercio.
Sin embargo, la jornada intensiva es uno de los puntos clave a la hora de elegir una oferta de trabajo. La mayoría de españoles y españolas sitúan en los alto de sus preferencias beneficios que les permitan una mayor flexibilidad en su jornada, conciliación y tiempo para el descanso, de ahí que la jornada intensiva sea una medida común entre aquellos departamentos de RRHH que deseen aumentar la felicidad y productividad de sus equipos de trabajo.
Varios estudios estiman que en nuestro país solo el 20 % de los trabajadores y trabajadoras disfrutan de este tipo de jornada laboral.