Productividad
La productividadrepresenta la capacidad que tiene una empresa para producir bienes y servicios a través de los factores o insumos empleados durante un tiempo determinado.
La productividad aumenta en la medida en la que la organización logra incrementar su producción sin elevar dichos recursos y sin sufrir una merma en el nivel de calidad habitual. Así pues, la productividad está ligada a los términos de eficiencia y eficacia.
Normalmente se habla de productividad en las empresas, pero este valor es aplicable a las personas e incluso a la economía de un país.
Claves de la productividad en las empresas
La productividad como indicador permite evaluar la capacidad de una empresa para alcanzar sus objetivos de producción y excelencia con el mínimo de recursos posible.
Esto propicia efectos secundarios beneficiosos para las empresas, como por ejemplo, un aumento de su capacidad de respuesta a la clientela, la posibilidad de ampliar su oferta a un mercado mayor o un margen más amplio para ajustar los precios de sus bienes y servicios, compitiendo en mejores condiciones respecto a otras empresas del sector. En definitiva, aumentar las ventas y la cuota de mercado.
Tipos de productividad
Existen varios tipos de productividad en las empresas. A la productividad total, que seria de la mencionada al principio, pueden sumarse otras dos:
La productividad laboral: los bienes o servicios que produce una empresa en una hora de trabajo o a través de un determinado número de profesionales. Esta métrica ofrece información valiosa sobre la capacidad de los empleados y empleadas, y sobre su rendimiento bajo determinadas circunstancias.
La productividad marginal: diferencia entre la producción total de bienes o servicios antes y después de incrementar uno de los factores de producción: la mano de obra, el número de herramientas o sistemas tecnológicos empleados, etc.
Normalmente, para medir la productividad en la empresa se utilizan indicadores que aluden a factores decisivos y que son susceptibles de control desde la Dirección empresarial. Para muchos expertos y expertas en la materia, existen dos de vital importancia:
La gestión de procesos, ligada a una estrategia de innovación y transformación.
La gestión de recursos humanos, capaz de incrementar la productividad laboral de la mano de estrategias que redunden en una mejor organización del trabajo y una mayor motivación e implicación de la plantilla con los objetivos empresariales.
Un mayor incremento de la productividad en la empresa permite resolver problemas como los relacionados con un aumento excesivo de los precios (inflación), así como elevar la calidad de vida de los empleados y empleadas al mejorar sus condiciones de trabajo.
Aumentar la productividad contribuye, en definitiva, a incrementar la competitividad de las empresas pues, como señala el teórico económico estadounidense Michael Porter, la competitividad está determinada especialmente por la productividad. Y también la marca empleadora de estas.
Para ello, las empresas pueden adoptar mejoras en los métodos de trabajo, en la capacidad de los recursos disponibles (humanos, de logística, etc.) y en el nivel de desempeño de las plantillas. En este sentido, la incorporación de nuevas tecnologías permite la consecución de mayores niveles en todos los sentidos.