¿Qué es la estructura financiera y por qué importa en la gestión de Recursos Humanos?
La estructura financiera de una empresa aúna el capital propio invertido y la deuda para financiar sus operaciones y su crecimiento. Su gestión, de hecho, impacta directamente en la evolución de la empresa. Pero ¿qué peso tiene para la gestión de los Recursos Humanos? Ambos conceptos se retroalimentan. Y es que, mientras todo departamento de finanzas debería proporcionar a RRHH los medios económicos necesarios para alcanzar sus objetivos en atracción y retención de talento, RRHH debe alinear su estrategia con los objetivos financieros.
Definición de estructura financiera en una empresa
¿Qué es la estructura financiera de una empresa? La estructura financiera de la empresa se refiere a la manera en que se organizan y gestionan los recursos propios y ajenos para financiar operaciones, inversiones y crecimiento.
En otras palabras, es la proporción entre fondos propios (aportaciones de socios y reservas generadas por la actividad) y fondos ajenos (deudas con entidades financieras, proveedores u otras fuentes de financiación).
Su objetivo es garantizar la estabilidad, la liquidez y la sostenibilidad económica de la organización. Y es que, una estructura financiera equilibrada permite a las empresas afrontar sus compromisos de pago, invertir en proyectos estratégicos y/o mantener una capacidad de maniobra frente a cambios en el entorno.
Diferencia entre estructura económica y financiera
Aunque suelen confundirse, la estructura económica y la estructura financiera de la empresa hacen referencia a aspectos distintos, aunque complementarios:
- Estructura económica: apelando a la definición de estructura financiera, esta representa el conjunto de bienes y derechos que posee la empresa, es decir, su activo. Incluye instalaciones, maquinaria, existencias… Es decir, cualquier recurso que genera valor. Muestra en qué está invertido el dinero de la organización.
- Estructura financiera: hace referencia al origen de los fondos con los que se financian esos activos, es decir, de dónde proviene el dinero para sostener las inversiones y la actividad diaria, cómo se paga lo que tiene la empresa.
Componentes clave de la estructura financiera de la empresa
Desentrañada cuál es la estructura financiera de una empresa, podemos hablar de algunos componentes claves dentro de la estructura financiera de la empresa:
Capital propio y financiación ajena
Capital social aportado por los socios, reservas acumuladas de beneficios no distribuidos, resultados del ejercicio… Estos elementos reflejan la solidez interna y la capacidad de autofinanciación de la empresa.
Pasivos a corto y largo plazo
Préstamos bancarios a medio y largo plazo, leasing y otras formas de financiación estructurada, créditos y pólizas de tesorería, deudas con proveedores, obligaciones fiscales y laborales. Son los compromisos que la empresa debe atender en el corto plazo, claves para la gestión de liquidez, y los compromisos financieros que se amortizan en un plazo superior a un año.
A tal respecto, es necesario hablar del papel de los recursos humanos en la distribución del gasto empresarial.
¿Cómo influye la estructura financiera en la estrategia de Recursos Humanos?
La estructura financiera condiciona la gestión del talento dentro de una empresa. De hecho, resulta clave a la hora de diseñar políticas de Recursos Humanos que se ajusten a la capacidad y objetivos organizacionales. Así, la estructura financiera marca, para quienes gestionan el talento corporativo:
- Los presupuestos de personal y estructura salarial plausibles.
- Las limitaciones financieras y de contratación de talento.
- Las políticas de compensación y beneficios en contextos de distinta estructura financiera.
En definitiva, indica hasta dónde puede llegar el departamento de RRHH en su estrategia de gestión de talento o cuanto de ambiciosos pueden llegar a ser sus profesionales en tales propuestas.
Estructura financiera y toma de decisiones en RRHH
Comprender el contexto financiero permite, tal y como indicamos más arriba, diseñar estrategias de talento realistas, alineadas con la capacidad económica de la empresa y sostenibles en el tiempo. Pero también, adquirir la capacidad de optimizar al máximo los recursos financieros disponibles. ¿Cómo? Adoptando soluciones, especialmente en el caso de las pymes, dirigidas a:
- Evaluar la viabilidad de programas de bienestar, formación y desarrollo.
- Cómo justificar inversiones en capital humano desde las finanzas corporativas.
- Conocer el impacto del apalancamiento en la flexibilidad de RRHH.
La estructura financiera es, por tanto, un marco de referencia imprescindible para Recursos Humanos: determina cuánto se puede invertir en personas, con qué frecuencia y bajo qué condiciones.
Buenas prácticas para alinear Finanzas y Recursos Humanos
Además de la capacidad para manejar los límites impuestos por la estructura financiera, desde RRHH deben adoptarse otras prácticas decisivas:
- La coordinación interdepartamental: Finanzas + RRHH
- La participación del equipo financiero en el diseño de la estrategia de personas
- El uso de KPI compartidos: por ejemplo, el que versa sobre la rentabilidad del talento.
La estructura financiera influye directamente en la capacidad de la empresa para planificar sus necesidades de talento a futuro, pero también en la de crear un clima organizacional adecuado.
Casos prácticos: cómo la estructura financiera condiciona el área de RRHH
Estas son dos situaciones opuestas que muestran cómo la estructura financiera condiciona, sobremanera, la gestión de personal en el seno empresarial:
Empresa con estructura agresiva: estrategia de talento más volátil y flexible
Por ejemplo, una estructura muy dependiente de deuda a corto plazo puede limitar la incorporación de talento, ya que la prioridad se centra en atender obligaciones financieras inmediatas. También reduce el margen de maniobra en lo que concierne a la política salarial: incrementos, revisiones periódicas, beneficios no salariales (seguro médico, planes de formación, flexibilidad retribuida)… También la formación y el desarrollo profesional requieren recursos económicos, de hecho, una situación financiera frágil suele reducir estas partidas, afectando al crecimiento interno del talento.
Empresa equilibrada: inversiones sostenidas en cultura corporativa y formación
Una empresa con una estructura financiera sólida, con equilibrio entre fondos propios y deuda, tendrá más margen para ampliar su equipo mediante nuevas contrataciones, apostar por una retribución competitiva, lo que mejora su capacidad de atraer y retener talento; invertir en planes de capacitación, liderazgo o digitalización, promover iniciativas de bienestar (conciliación, flexibilidad, salud laboral), reforzando el compromiso de los empleados, etc.
Si la financiación se concentra en recursos propios y deuda a largo plazo, es más factible diseñar una estrategia de RRHH estable y de largo alcance (planes de carrera, sucesión, profesionalización de la gestión). Si, en cambio, depende en exceso de pasivo corriente, las decisiones de personal tenderán a ser restrictivas y centradas en la supervivencia.
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