Bike Sharing: todo lo que necesitas saber sobre el sistema de bicicletas compartidas

Los sistemas bike sharing o de bicicletas compartidas son, hoy en día, una excelente y ampliamente adoptada solución de movilidad en entornos urbanos. No solo contribuyen a descongestionar el tráfico rodado, sino que apuntalan un modelo híbrido de movilidad sostenible y económica. Es decir, un modelo donde el transporte público colectivo y la bicicleta toman las calles en favor del medioambiente, la salud y nuestro bolsillo.
Tipos de sistemas de Bike Sharing
El sistema de Bike Sharing facilita el acceso de la ciudadanía a servicios de bicicletas compartidas para desplazamientos cortos. Sin embargo, existen diferentes tipos en función de las modalidades. Estos son los dos más conocidos:
Sistemas con estaciones fijas (Docked Systems)
Se habilitan estaciones, repartidas por toda la ciudad, donde las bicicletas deben ser recogidas y devueltas. De hecho, la bici ha de ser depositada en el mismo punto del que se recogió.
Sistemas sin estaciones (Dockless Systems)
Las bicicletas pueden ser recogidas y devueltas en cualquier estación habilitada dentro de una zona geográfica predefinida.
Ventajas y desventajas
Este último sistema ofrece mayor flexibilidad para los usuarios y usuarias, pero también presenta un mayor desafío a la hora de mantener un aparcamiento desordenado y un número de bicicletas equitativo en cada barrio, distrito o estación.
Beneficios del Bike Sharing
Los beneficios del Bike Sharing resultan obvios. Estos se dejan notar a todos los niveles: impactan de forma positiva sobre las personas usuarias, sobre la ciudadanía y su entorno, y sobre la gestión municipal.
- Impacto ambiental positivo: al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera de las que son responsables los vehículos de combustión. Por no mencionar el impacto del uso de las bicicletas sobre la contaminación acústica o sobre la necesidad de producción de energía eléctrica.
- Reducción del tráfico urbano: al identificarse menos vehículos a motor en las calzadas, lo cual descongestiona muchas de las arterias principales de las ciudades, así como el nivel de polución.
- Promoción de hábitos saludables: andar en bici es un ejercicio físico recomendado, que además se practica de forma diaria si lo usamos para desplazarnos de casa al trabajo. Y nos permite ahorrar en combustible, gastos asociados al mantenimiento de un vehículo e incluso en gastos de transporte colectivo.
Cómo funciona el Bike Sharing
Su funcionamiento depende del sistema empleado de Bike Sharing. Porque además de las modalidades destacadas más arriba, encontramos algunas otras. Por ejemplo, los sistemas de bicicletas eléctricas (E-bike Sharing) frente a las convencionales, cada vez más de moda por sus ventajas ante desplazamientos más largos o en zonas con pendientes. También los sistemas corporativos o privados frente a los públicos; los sistemas basados en suscripción frente a los de uso puntual… Sin embargo, podemos hablar de algunos lugares comunes para todos ellos:
Proceso de registro y uso
En la ciudad de Madrid, por ejemplo, existe Bicimad un servicio público para el uso colectivo de bicicletas 100 % eléctricas.
El usuario o usuaria puede darse de alta en el servicio mediante la aplicación móvil o a través del sistema de cuenta única que permite acceder a los servicios de EMT (Empresa Municipal de Transportes de Madrid). Basta la lectura de QR de la bicicleta con la app para móvil o la tarjeta asociada para poder desbloquear la bicicleta e iniciar su uso.
En Barcelona, el servicio de Bicing, de similares características, presenta estaciones mixtas para bicicletas convencionales y eléctricas. Para ello, debe utilizarse la app Smou que permite no solo coger bicicletas, sino también comprobar la correcta devolución, además de otros servicios.
Métodos de pago y tarifas
Los usuarios pueden pagar, normalmente, una tarifa mensual o anual para acceder a este tipo de servicio Bike Sharing, también ocasional.
En Bicimad, por ejemplo, se puede elegir qué tipo de tarifa se desea emplear en función del uso: puntual (se toman en consideración fracciones de 30 minutos para el cobro) o diario. En este último caso, existe una tarifa plana de 10 euros mensuales.
También Bicing, en Barcelona, plantea dos sistemas tarifarios diferenciados: una tarifa plana anual y otra de uso ocasional.
Tecnología involucrada (aplicaciones móviles, GPS)
La mayoría de los sistemas Bike Sharing van asociados a la descarga de una app en el teléfono móvil. Esta permite la gestión del uso de las bicis, el pago del servicio, consultar el mapa de las estaciones y bicis disponibles, o cómo transitar de un punto a otro por el itinerario más rápido y seguro.
Todos los sistemas Bike Sharing funcionan, por lo general, 24 horas al día los 365 días del año y cuentan con un teléfono de atención al cliente ante posibles incidencias.
Retos y consideraciones del Bike Sharing
Cada tipo de sistema de Bike Sharing presenta ventajas y desafíos, y su éxito depende de una implementación adaptada al contexto local y a las necesidades de su ciudadanía.
- Vandalismo y mantenimiento de bicicletas: pues los costes pueden ser elevados si se sustraen con facilidad, precisan de alto mantenimiento o si se requieren, por ejemplo, infraestructuras para las cargas de baterías en el caso de bicis eléctricas.
- Regulaciones gubernamentales y políticas públicas: el uso de la bicicleta y de este tipo de servicios debe estar regulado por la Administración municipal: edad mínima de acceso, uso de casco, tarifas, etc., a través de normativa municipal.
- Integración con otros medios de transporte: el gran desafío es que los sistemas Bike Sharing convivan con otras soluciones para la movilidad sostenible. De esta forma, se amplían las alternativas y se ofrecen soluciones personalizadas a la ciudadanía.
Según datos del Barómetro de la Bicicleta en España, de 2024, cerca de una cuarta parte va en bici semanalmente, de lunes a viernes (23 %), y casi un 9 % la usa alguna vez en sus desplazamientos por trabajo o estudios. Poco más de un 3% de la ciudadanía (un millón de personas) usa la bici a diario para ir al trabajo o al centro de estudios.
Además, los resultados, comparados con los de barómetros anteriores, demuestran que crece la población usuaria de la bici, específicamente, la población que la utiliza de forma habitual.
Entre las principales ventajas señaladas, destacan que se trata de un sistema saludable, que facilita la movilidad, respetuoso con el medioambiente y económico. Entre los contras: el peligro que entraña compartir espacio con vehículos motorizados o las limitaciones personales.
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