Control presencial
El control presencial en una empresa es el conjunto de prácticas, protocolos y sistemas tecnológicos habilitados para registrar y verificar la asistencia de los empleados y empleadas en el lugar de trabajo. Y con esta, su puntualidad o el cumplimiento estricto de la jornada laboral en tiempo y forma.
El control presencial también sirve para impedir el acceso no autorizado de ciertas personas a áreas restringidas dentro de la empresa.
El control presencial se ha convertido en una herramienta imprescindible de gestión de recursos humanos. También de cumplimiento legislativo, pues dichos controles presenciales son necesarios para garantizar el registro diario de la jornada laboral, obligatorio en las empresas españolas.
El control presencial también supone una ventaja para empleados y empleadas, que pueden incrementar su calidad de vida al garantizar sus derechos y tiempos de descanso mediante el control minucioso de las horas trabajadas. Es decir, tienen una herramienta más en su poder para acabar con el abuso de ciertas empresas al respecto.
Cabe decir que el control presencial no suele ser habitual en aquellas empresas que abrazar formas de trabajo orientadas a la consecución de objetivos y no al desempeño de tareas específicas durante un tiempo concreto.
Claves del control presencial
El control presencial se ha utilizado normalmente en las instalaciones físicas, a través de mecanismos como registros manuales (hojas de asistencia en las que los empleados y empleadas firman a la hora de llegada y salida, o relojes de chequeo para fichar tarjetas físicas) o métodos disruptivos (tarjetas RFID de proximidad, detección de huellas dactilares, escaneo de retina o identificación facial).
Sin embargo, en los últimos años se han habilitado fórmulas capaces de controlar esa principalidad también en entornos digitales, especialmente pensadas para quienes teletrabajan.
Estas responden a software de control de asistencia que además permiten gestionar horarios, permisos, vacaciones y horas extras de los empleados y empleadas.
Para muchas empresas, la importancia del control presencial se basa en la capacidad de mejorar la gestión del tiempo, pues permite a los roles de liderazgo y gestión de equipo llevar un control preciso de las horas trabajadas por cada empleado, lo que puede resultar crucial para el cálculo de nóminas y la gestión de horas extras en ciertas organizaciones.
Por otra parte, facilita el cumplimiento normativo, de las leyes laborales respecto a horarios de trabajo y descansos obligatorios; permite mejorar la productividad y eficiencia al identificar patrones de asistencia que podrían afectar a estas variables, como el ausentismo frecuente o la impuntualidad, y garantizan mayor nivel de seguridad empresarial, al tener un registro de quién está presente en las instalaciones en todo momento, lo cual es útil en situaciones de emergencia.
Así, el control presencial proporciona datos importantes para quienes se encargan de la administración eficiente del personal y la optimización de los recursos laborales.