Cultura empresarial
La cultura empresarial o cultura organizacional es ese conjunto de creencias y valores compartidos por los miembros de una misma organización.
Esta es impulsada desde la dirección corporativa y asumida por todos los trabajadores y trabajadoras de la entidad, incluso por empresas colaboradoras y clientela.
Se trata así de toda una filosofía corporativa sobre la que se sustenta la actividad diaria de la empresa, que permea en todas y cada una de las estrategias organizacionales y que condiciona los objetivos a corto, medio y largo plazo de la misma.
De hecho, la cultura empresarial determina la manera de producir, de acercarse a los y las consumidoras, de relacionarse con los trabajadores y trabajadoras, también con la sociedad y la comunidad local sobre la que se asienta, y de responder a las necesidades no solo de los y las usuarias o de la plantilla, sino de la propia ciudadanía y del entorno natural.
Claves de la cultura empresarial en su acepción actual
La cultura empresarial organizativa o cultura organizacional (CO) se ha vuelto más ambiciosa e integral en su intento por dar respuesta a los retos del futuro.
De hecho, ha dado paso a una cultura de responsabilidad social y sostenibilidad, que se aplica tanto dentro de las instalaciones corporativas como fuera, y que pretende hacer de las empresas auténticos agentes de cambio. Por eso, podemos decir que, hoy en día, la cultura empresarial:
Define los principios morales de la organización, que se alinean con aquellos arraigados en la plantilla y en la sociedad.
Sienta las bases de una determinada filosofía de trabajo dentro de la organización.
Conforma la imagen de marca o identidad de cara al exterior.
Permite conectar con los valores y necesidades de una amplia mayoría generacional, con su estilo de vida.
Conquista a las nuevas generaciones, cada vez más comprometidas con el futuro de su planeta y de la sociedad a través de una alternativa viable de desarrollo.
Lograr la adhesión de todas las personas profesionales implicadas.
Ventajas de la cultura corporativa
De dichas características se desprenden las ventajas de construir una fuerte cultura corporativa hoy en día. Una de las más importantes es la capacidad de atraer a ese talento profesional que busca alinearse con organizaciones con sus mismos valores. No solo eso, también a consumidores y consumidoras sensibilizados al respecto.
Es decir, la cultura de empresa mejora la marca empleadora de una organización y su capacidad para atraer consumidores y consumidoras y mejorar su experiencia, abriéndose un hueco decisivo en el mercado.
Por esa razón, el concepto de cultura empresarial es hoy más fuerte que nunca. Y más necesario, pues se enfrenta a una sociedad que reclama transparencia y honestidad por encima de todo.
Esa cultura de empresa está ligada hoy en día a la transformación y resiliencia, a la colaboración, a la innovación, a la salud y al bienestar y a la equidad e inclusión como camino hacia la competitividad.
Es, en otras palabras, lo que se ha dado en conocer como cultura de empresa orientada a personas, donde estas se sitúan en el centro de toda estrategia. Y que dista de otras culturas empresariales que han imperado en tiempos pasados, como las orientadas al poder, a la norma o a los resultados.