Reskilling
El reskilling es un proceso formativo habilitado por la empresa para capacitar a un trabajador o trabajadora en el desempeño de un nuevo puesto o responsabilidad dentro de la organización empresarial.
Se diferencia del upskilling en que este último supone un reciclaje, pues se centra en mejorar el rendimiento de un empleado o empleada en su actual puesto de trabajo al incrementar sus habilidades o capacidades.
Claves del reskilling
El reskilling es habitual en procesos de desarrollo y promoción interna, empoderamiento y liderazgo, pues los programas de reskilling, o reentrenamiento, proporcionan a los empleados y empleadas las habilidades necesarias para desempeñar nuevos roles dentro de la organización.
Gracias al reskilling, la empresa incrementan las destrezas de su capital humano y los empleados y empleadas pueden mejorar su capacitación bien para elevar sus posibilidades de ascenso o escala en la jerarquía empresarial, bien para abrir más puertas en el acceso a un nuevo puesto, con mejores perspectivas, en una nueva corporación.
El reskilling, como plan integrado en la cultura corporativa de la empresa, posibilita:
La atracción de talento especialmente interesado en su proyección futura.
Motivar a la plantilla al ofrecerle la oportunidad de promoción y mejora de sus fortalezas.
Dotar de una mayor diversidad de capacidades técnicas, emocionales, de gestión de equipos y liderazgo…, a cargo de una misma persona, ganando así una plantilla mucho más polivalente y funcional.
Aumentar el poder de fidelización de la plantilla hacia la empresa por su capacidad de medrar dentro de la misma y por ser tomada en cuenta en procesos de selección de personal internos y no externos.
Mejorar la reputación empresarial como marca empleadora y vivero de grandes talentos.
Preparar a los talentos para adaptarse en mejores condiciones a los cambios tecnológicos y a las nuevas demandas del mercado, convirtiéndolos en profesionales resilientes y con capacidad de transformación.
El enfoque que ofrece el reskilling es esencial para mantener la competitividad y la relevancia de los equipos de trabajo en un entorno empresarial en constante evolución y donde se apuesta por el desarrollo de los talentos.
Esto se debe a que el reskilling es desarrollado por las empresas no solo para preparar a los empleados y empleadas a asumir nuevos roles dentro de la organización, sino con el fin de preparar a los y las profesionales para asumir puestos innovadores, que surgen en la medida en que las necesidades de las empresas cambian, como son aquellos que nacen al amparo de la digitalización, la IA o el blockchain, y que precisan de nuevas competencias por parte de los equipos de trabajo.
De hecho, el reskilling facilita un trasvase de profesionales de puestos que se quedan obsoletos a otros en auge, como el análisis de datos.
Desarrollar los planes de formación adecuados para este tipo de profesionales es vital no solo para el futuro de la empresa, sino del mercado laboral y de la actividad económica que sustenta.
