Retribución en especie
La retribución en especie o salario en especie es aquella basada en bienes o servicios que utiliza la empresa para mejorar la calidad de vida de sus profesionales a través de ciertas ventajas asociadas a la prestación de los servicios.
Clave de la retribución en especie
La retribución en especie procura un importante ahorro
Algunos de los conceptos que forman parte de la retribución en especie (recogidos por la normativa al respecto) son: el cheque transporte, el cheques restaurante, el coche de empresa, el seguro médico, el seguro de vida, los cursos de formación, las acciones de empresa, el equipamiento informático o los planes de pensiones.
Las características que deben cumplir los bienes y servicios designados para constituir conceptos de retribución en especie son:
Su importe no puede exceder el 30 % de la totalidad del salario bruto del trabajador o trabajadora.
Su consumo puede ser de carácter diario, semanal, mensual o puntual.
El gasto asumido por el trabajador o trabajadora debe ser de carácter voluntario e individual, y su oferta y condiciones de acceso, iguales para todos los empleados y empleados.
Todos los conceptos de retribución en especie consumidos por un empleado o empleada deben aparecer reflejados en su nómina.
El salario en especie es un complemento del salario base y no puede formar parte del SMI, Salario Mínimo Interprofesional. Además, debe incluirse en el finiquito cuando se da por finalizada una relación contractual.
El salario en especie cotiza a la Seguridad Social y tiene retenciones en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), salvo ciertas limitaciones.
Los bienes y servicios que constituyen la retribución en especie de una empresa cuenta hoy en día con una valoración positiva por parte de las plantillas, pues contribuyen al aumento de su capacidad adquisitiva.