Team Building

Cultura organizacionalGestión del talento

El Team Building es una estrategia cuyo objetivo es fortalecer los lazos de unión entre los trabajadores y trabajadoras de una empresa. Su metodología está basada en aquella que aplican los equipos deportivos con el fin de que una mayor cohesión traiga consigo un mayor y mejor rendimiento. Trata así de generar un buen ambiente de trabajo y limar las posibles asperezas entre miembros de un mismo equipo.

Claves del Team Building

El Team Building requiere la planificación de actividades colectivas que sirvan para:

Empoderar a los equipos.
Mejorar la cooperación de sus miembros.
Desarrollar la cultura corporativa.
Afianzar posiciones de liderazgo.
Mejora de la comunicación interna.

De hecho, las actividades de Team Building promueven una comunicación más positiva, fluida y transparente entre los empleados y empleadas, lo cual ayuda a romper barreras, facilita la colaboración y asegura que la información fluya de manera más eficaz, sin dar lugar a malentendidos.

Todo ello a través de una estrategia que debe procurar a los empleados y empleadas una experiencia vital positiva y mayores cotas de bienestar.

Las actividades de Team Building redundan en la motivación y el compromiso con la empresa, además de aumentar el nivel de rendimiento a largo plazo.

Algunas prácticas de Team Building habituales son:

La participación en encuentros entre profesionales.
Viajes de turismo y ocio.
Actividades deportivas grupales.
Actividades lúdicas eminentemente colaborativas, como los scape rooms.
Participación en galas benéficas y carreras solidarias.

La propuesta de Team Building debe adaptarse a las necesidades de la plantilla y a las preferencias de sus miembros. Para averiguarlas, el departamento de RRHH puede utilizar encuestas de clima laboral o de evaluaciones de desempeño, así como encuestas diseñadas para sondear la opinión de los y las profesionales sobre aquellas prácticas grupales que les resultan más interesantes.

Estas no deben constituir una imposición y han de respetar los tiempos de descanso de la plantilla para que sean bien acogidas. Además, deben ser planificadas con antelación y comunicadas a través de un plan interno efectivo. Su aplicación debe ser de carácter transversal, de tal forma que llegue a todas y cada una de las personas implicadas en un proyecto, grupo de trabajo o departamento concreto.

Otras de las ventajas de estas dinámicas de grupo son:

El desarrollo de habilidades clave como la resolución de problemas o conflictos entre iguales, la toma de decisiones y el liderazgo. Estas habilidades son transferibles al entorno laboral, mejorando la eficiencia y la capacidad de enfrentar desafíos.

El fomento de la creatividad y de la innovación al promover un ambiente abierto, colaborativo y estimulante, en el que las personas se sienten más cómodas compartiendo ideas y propuestas ante un escenario de confianza y de respeto mutuo.

La reducción del estrés, la integración de empleados y empleadas de diferentes orígenes y culturas, promoviendo un entorno de trabajo más inclusivo y respetuoso, y la clarificación de roles y expectativas dentro del equipo.

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