Work-life balance
Work-Life Balance es la expresión anglosajona para designar lo que conocemos como conciliación o equilibrio entre vida laboral, personal y familiar. Es decir, una necesidad de las plantillas actuales, una demanda cada vez mayor de los y las talentos y un conjunto de medidas impulsadas desde las distintas Administraciones públicas y empresas para incrementar la salud y el bienestar de los empleados y empleadas.
Claves del Work-Life Balance
El concepto work-life balance se utiliza hoy para designar la capacidad de las empresas para habilitar las medidas que sean necesarias en pro de la armonización de las responsabilidades y necesidades familiares, laborales y personales de manera efectiva
El concepto del work-life balance habla así del cuidado, del que necesitan personas dependientes y los propios trabajadores y trabajadoras para prevenir su salud mental, emocional y física, alcanzando así niveles óptimos de rendimiento en su carrera profesional.
Las medidas de conciliación y flexibilidad laboral en la empresa, diseñadas para alcanzar tal desafío, son cada vez más comunes.
Los departamentos de RRHH diseñan estrategias work-life balance implementando medidas como el horario flexible de entrada y salida, la semana de cuatro días, el teletrabajo y un largo etcétera que resulta fundamental para garantizar esa necesidad de conciliación y equilibrio entre ambas esferas. En definitiva, el bienestar de los equipos de trabajo.
Los beneficios del work-Life balance para empleados y empresas son tales que gracias a ellos las organizaciones han puesto a su disposición una fórmula mágica de atracción de atracción y retención de talento. Es decir, aumenta el engagement y también la reputación de la empresa como marca empleadora.
Las personas complacidas con unas condiciones de trabajo ventajosas, mejoran su rendimiento e implicación con la corporación. Disminuyen los niveles de ausentismo por baja o de rotación de personal.
Aquellos empleados y empleadas que no encuentran ese equilibrio en el puesto de trabajo acaban por buscar una salida en otra empresa. Pero mientras tanto, dan lugar a una pérdida de eficiencia, productividad e incluso a la creación de un ambiente desmotivante de trabajo.
A estas graves consecuencias podemos unir la falta de energía, el estrés, la ansiedad, el agotamiento…, que provoca el querer llegar a todo y no poder. Síntomas que pasan una gran factura personal, también a nivel físico.
Algunas estrategias y medidas para fomentar un equilibrio vida-trabajo son:
Respetar los horarios de la jornada laboral.
Una distribución justa y equitativa de la carga y responsabilidades.
Ofrecer opciones de jornada de trabajo flexible o adaptado a las necesidades de cada persona: teletrabajo, jornadas continuas…
No poner trabas a la posibilidad de disfrutar de los nuevos permisos para el cuidado de familiares.
Promover el derecho a la desconexión digital y el descanso.
Fortalecer los canales de comunicación abierta de tal forma que desde RRHH puedan atender las necesidades y preocupaciones de las y los trabajadores al respecto.
Buscar soluciones conjuntas que den lugar a ese necesario work-life balance en la empresa.