Autocontrol emocional: claves para desarrollar y mejorar tu bienestar

El autocontrol emocional no solo es una cualidad necesaria para alcanzar el bienestar. Es imprescindible en el actual mercado laboral. De hecho, el autocontrol es una habilidad blanda que no solo se exige a los roles de liderazgo, sino a cualquier profesional. Si una empresa aboga por un ambiente de trabajo proactivo, saludable y transformador, ha de fomentar el autocontrol emocional en sus equipos de trabajo.

¿Qué es el autocontrol emocional?

El autocontrol emocional es la capacidad de las personas para reconocer, gestionar y regular las propias emociones. De esta forma, podemos entablar relaciones interpersonales positivas y provechosas para todas las partes. Y responder a situaciones de conflicto de manera eficiente y beneficiosa.

Este autocontrol nos permite:

• Mantener la calma y desarrollar una escucha activa que fortalece, en el caso de las empresas, la cultura del feedback y la participación.
• Gestionar e interceder ante desavenencias con decisión, transparencia, respeto y claridad.
• Tomar decisiones racionales y eficaces incluso cuando existe una situación de estrés, conflicto o mucha presión.

Beneficios del autocontrol emocional

De hecho, podemos hablar de tres beneficios del autocontrol emocional claramente identificados en la esfera privada:

La mejora en las relaciones interpersonales

Pues se da una mejora de la comunicación interpersonal, más clara y empática, evitando malentendidos y facilitando un diálogo abierto y constructivo. El autocontrol emocional permite además abordar desacuerdos con una actitud calmada y objetiva, lo que favorece la negociación y la búsqueda de soluciones sin que las emociones o las actitudes impulsivas obstaculicen el proceso. Esta peculiaridad es vital en el seno de las familias y en la convivencia con menores adolescentes.

El incremento del bienestar personal y reducción del estrés

Al mantener las emociones bajo control, podemos afrontar situaciones desafiantes sin que el estrés nos domine, lo cual nos lleva a un mayor grado de satisfacción y calma, y mejora nuestro bienestar, tanto físico como mental.

El impacto positivo en la toma de decisiones

No solo como profesionales, sino como ciudadanos y ciudadanas podemos evaluar situaciones de manera objetiva y tomar decisiones racionales, sin dejarnos influenciar por impulsos. Esto facilita una toma de decisiones estratégica y coherente en situaciones que marcarán nuestro devenir futuro y el de quienes nos rodean.

El papel del autocontrol emocional en el ámbito laboral

En el ámbito laboral, los beneficios del autocontrol son múltiples y no muy distintos de los descritos en la esfera privada. Solo que ahora, estos reman en favor del equipo y de los objetivos de nuestra empresa.

Capacidad de gestión de conflictos y mejora del ambiente laboral

El autocontrol fortalece la confianza y el respeto de manera horizontal y transversal. Las personas que demuestran autocontrol emocional suelen ser percibidas como más confiables y estables, lo cual fomenta el respeto mutuo y facilita la construcción de relaciones saludables y sólidas que cohesionan a los equipos de trabajo en su camino hacia una meta común.

Aumento de la productividad y eficiencia personal

Lo anterior nos lleva directamente a este punto. El autocontrol emocional es esencial para desarrollar relaciones humanas efectivas y eso se traslada en plantillas más productivas y enriquecedoras, pues sus miembros interactúan de forma más respetuosa y equilibrada, más colaborativa y honesta.

Desarrollo de habilidades de liderazgo a través del autocontrol

Empatía, escucha activa… El autocontrol es el punto de partida para fomentar todas esas habilidades blandas que se piden a las personas llamadas a liderar las empresas y los equipos hoy en día. Disponer de un mayor control sobre las propias reacciones emocionales supone una mayor capacidad para detectar las emociones de los demás y desarrollando una actitud más empática y comprensiva hacia sus necesidades y perspectivas en la empresa.

Podríamos seguir añadiendo beneficios a la lista. Por ejemplo: una mejora en la capacidad para tomar decisiones acertadas, especialmente bajo presión; mayor disponibilidad a tejer relaciones sólidas y duraderas, que apuntalen la retención del talento y el engagement; o la contribución a generar ambientes resilientes, preparados para el cambio y la incertidumbre. En definitiva, el autocontrol es el punto de partida a todo un abanico de habilidades necesarias en las empresas actuales.

Estrategias para mantener el autocontrol emocional en situaciones difíciles

Para cultivar el autocontrol emocional, pueden adoptarse estrategias varias que inciden en diversos aspectos:

Cómo manejar el estrés y la ansiedad

Prácticas de autocontrol emocional para enfrentarse a situaciones difíciles sin dejar que las emociones negativas afecten nuestro bienestar. Se trata de lograr reducir el estrés, que provoca el desgaste emocional, a través de diversas técnicas basadas en la respiración o en el control de pensamientos negativos.

Métodos para evitar reacciones impulsivas

Es decir, que nos permiten gestionar reacciones y emociones explosivas en situaciones de presión, conflicto o cambio con devastadoras consecuencias para la persona afectada, su entorno y la corporación, como por ejemplo, los ataques de ira.

Uso de la comunicación asertiva para expresar emociones

Existe un déficit emocional importante en las empresas. Las emociones son un campo al que no se ha prestado especial atención, y ahora reivindica su espacio para una adecuada canalización. La comunicación de las emociones y de las vulnerabilidades a través de la empatía es un tema que se trata cada vez más en el seno de las empresas, pues permite una mayor conexión entre profesionales. No en vano, cada vez son más los títulos editoriales publicados al respecto.

El autocontrol emocional permite a los y las profesionales precisamente manejar los desacuerdos con calma y profesionalidad, evitando reacciones defensivas exageradas u ofensivas, fuera de tono y de lugar. Lo importante es enfocarse en las soluciones y en gestionar los conflictos de manera constructiva, sin terminar agitando una escalada de tensión.

Técnicas para desarrollar el autocontrol emocional

Además de los métodos descritos, existen técnicas que podemos aprender y poner en práctica en nuestro día a día. Los resultados son altamente positivos, a nivel personal y de nuestro entorno. ¿Cómo? Existen técnicas sencillas por las que podemos empezar:

Práctica de la atención plena y meditación

La autoconciencia es el primer paso para el autocontrol emocional. Desarrollar la autoconciencia permite identificar las situaciones y señales internas que desencadenan emociones fuertes, lo cual ayuda a gestionar mejor las respuestas antes de que se intensifiquen. Esto ayuda a minimizar distracciones y a mantener un rendimiento constante en base a unos objetivos vitales preestablecidos, contribuyendo a una mayor productividad personal y satisfacción.

Técnicas de respiración y relajación

La respiración profunda y controlada invita a la calma, a alejarnos de la ansiedad y el estrés. Una técnica común es la respiración diafragmática: inhalar profundamente y exhalar lentamente para aliviar tensión física y mental. Estas técnicas de autocontrol emocional ayudan a los profesionales a adaptarse de forma más rápida y eficaz en entornos muy cambiantes, manteniendo una actitud proactiva y enfocada en soluciones en momentos delicados de transformación organizacional.

Identificación y gestión de emociones negativas

El autocontrol emocional permite identificar y gestionar reacciones negativas e impulsivas en momentos clave, lo cual reduce el riesgo de desarrollar una serie de comportamientos que generan tensión, estrés y conflicto. El autocontrol confiere mayor seguridad a las personas, capaces así de expresar sus ideas y preocupaciones sin miedo a confrontaciones ni consecuencias negativas.

En definitiva, se trata de identificar nuestras propias emociones, aprender a modular nuestras reacciones y enfocarnos en soluciones y no en problemas con el fin de reducir la carga emocional y centrarnos en el objetivo. Y, claro está, en mantener una buena salud física y mental, pues contribuye de manera decisiva al autocontrol emocional.

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