Baja por depresión: todos los detalles
La depresión es un trastorno cada vez más común, así que no es de extrañar que el número de bajas por depresión aumente. No en vano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión dificulta no solo la vida comunitaria o del hogar, sino también la laboral. Y es que, entre sus múltiples consecuencias, encontramos las siguientes:
- Dificultad para concentrarse.
- Baja autoestima. Desesperanza.
- Falta de energía.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
La incidencia de la depresión en España ascendería a un 5,3 % de la población. La evolución de la misma responde a una tónica predominante en nuestro país: el incremento en el número de incapacidades temporales debido a problemas de salud mental en los últimos cinco años, especialmente tras la pandemia sanitaria.
De hecho, el 15 % del total de los días de baja laboral son a consecuencia de trastornos mentales, siendo el estrés, la ansiedad y la depresión las dolencias más comunes. Según los expertos, la precariedad laboral no ayuda a mitigar estas cifras, siendo la depresión laboral, en ocasiones, fruto de un ambiente de trabajo tóxico. España es hoy el mayor consumidor del mundo de ansiolíticos.
Pero, qué es la baja por depresión. Te lo explicamos.
¿Qué es la baja por depresión?
Una baja por depresión es aquella que concede el sistema sanitario a un trabajador o trabajadora que presenta un cuadro depresivo incapacitante.
¿Cómo pedir la baja por depresión?
La sintomatología ha de ser valorada en los servicios de salud y el diagnóstico, dictaminado por el experto o experta sanitaria. Además, como hemos señalado, debe resultar incapacitante, temporalmente, para el desempeño de las obligaciones laborales.
Por lo demás, este tipo de baja comparte características con cualquier otra concedida por motivo de enfermedad física.
Diferencias entre baja por depresión y baja por ansiedad
A menudo, los empleados y empleadas se preguntan por las diferencias entre la baja por depresión y la baja por ansiedad. A efectos prácticos, ambas son iguales. Precisan del diagnóstico por parte de personal médico. Este puede proceder bien del personal de nuestro centro de salud, bien de la mutua, dependiendo del motivo que ha ocasionado la dolencia, por ejemplo, si es por causas personales o laborales (mobbing, acoso en el puesto de trabajo, etc.). Y también es necesaria su posterior tramitación al igual que otro tipo de bajas temporales por enfermedad.
Como en toda baja temporal, mientras ésta dure la baja por depresión, la persona afectada tendrá derecho a recibir una compensación económica (siempre que cumpla los requisitos de cotización establecidos) destinada a cubrir la falta de ingresos durante ese tiempo determinado.
Quizás la principal diferencia estriba en el cuadro médico y la sintomatología. Estos últimos pueden desembocar en una duración de la baja más o menos larga. Sin embargo, cada caso personal es distinto.
A priori, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) estima en sus tablas de bajas laborales que, por ejemplo, un cuadro de trastorno adaptativo con ansiedad o con ansiedad y depresión requiere un mínimo de 15 días de baja laboral, es decir, de recuperación. Y eleva a 30 días los cuadros de trastorno de ansiedad generalizada o hasta 45 días aquellos que deriven en ansiedad fóbica o pánico.
En qué casos se concede la baja por depresión
Como hemos dicho, la concesión de la baja por depresión requiere de un dictamen médico. En otras palabras, ha de estar justificada y resulta incapacitante para el desempeño de las tareas profesionales.
De la misma forma, entre los requisitos de la baja por depresión figuran:
- Estar en situación de alta en la Seguridad Social.
- Haber cotizado al menos 180 días en los cinco años anteriores, a no ser que se trate de una baja por contingencias profesionales, es decir, por razones laborales. En este caso, no será necesario acreditar un periodo mínimo de cotización.
En cuanto a las dudas recurrentes respecto a qué se puede y no se puede hacer durante una baja por depresión, aclararemos ciertas dudas.
¿Con la baja por depresión se puede viajar?
Muchos trabajadores y trabajadoras temen participar en actos lúdicos o ir de vacaciones cuando están de baja por temor a que sea contrario a la norma.
En este sentido, la legislación tan solo determina que durante la baja por depresión el empleado o empleada debe procurar su recuperación. Por lo tanto, será el propio personal sanitario que lleve su caso quien le indique la idoneidad y posibilidad de viajar estando de baja por depresión de acuerdo al objetivo de alcanzar lo más pronto posible su recuperación.
¿Me pueden llamar de mi empresa si estoy de baja por depresión?
Si puede llamar, la persona afectada no tiene por qué contestar. En el transcurso de la baja por depresión esa persona no tiene obligación de contestar llamadas , mensajes o correos electrónicos de carácter laboral.
¿Me pueden despedir estando de baja por depresión?
Sí y no. La empresa puede despedir a un trabajador estando de baja por depresión siempre y cuando esa circunstancia no sea el motivo del despido. De lo contrario, se considerará un despido improcedente.
¿Cuál es la duración de la baja por depresión?
Otra de las preguntas comunes es cuántos días son la baja por depresión. Pues depende, como cualquier otra baja, del tiempo de recuperación que necesite cada persona.
Cierto es que los trastornos mentales representan la tercera causa de baja con más días de duración, una media de 108 en los últimos siete años. Sin embargo, como decimos, todo depende.
Recordar que, como ocurre con cualquier otra baja, el cobro de la prestación correspondiente a la baja varía según van pasando los días. Así, durante los tres primeros no se cobra nada, del 4º al 20º, el 60 % de la base reguladora y, a partir de entonces, el 75 % de esta. En el caso de tratarse de una baja por contingencia profesional, el pago es del 75 % de la base reguladora desde el día siguiente a la baja por depresión.
Por otra parte, la empresa se hará cargo de los pagos hasta el 15º día de la baja por depresión y, de ahí en adelante, el INSS o la mutua. Para quienes se preguntan cómo alargar la baja por depresión, explicar que, en cuanto al límite de duración, la baja por depresión funciona como cualquier otra: con un máximo de 365 días prorrogables a 180 días más. Tras ese periodo, el o la profesional quedará a disposición de un tribunal médico que determinará si es necesario concederle una incapacidad.