Cómo contratar becarios para mi empresa

Si eres empresa y quieres contar con el apoyo de un becario o becaria en tu plantilla, debes recurrir al denominado contrato de becarios. Una modalidad beneficiosa tanto para tu organización como para ese talento joven que busca aumentar su experiencia laboral.

Tabla de contenidos

• Razones para contratar becarios
• Beneficios de contratar becarios

Razones para contratar becarios

Las razones para contratar becarios en una organización son muchas. Pero por encima de todas ellas, priman dos: las facilidades para hacerlo a través de dos modalidades de contratos de becarios distintas, y los beneficios que ofrecen a la empresa que decide sumar a estos jóvenes a sus equipos.

Como organización, puedes sumar becarios a tu equipo de trabajo a través de un contrato en prácticas o contratos para la formación de carácter temporal.

La primera de estas modalidades de contratos de becarios ha sido diseñada para facilitar la entrada de personas jóvenes, que ya han acabado su etapa de formación, en el mercado laboral.

Este tipo de contratos en prácticas comprenden algunos requisitos, como estar en posesión de un título universitario o de un título de grado medio o superior.

Otra forma de introducir talento joven en el seno empresarial es la de suscribir, como hemos señalado, un contrato para la formación y el aprendizaje.

Este último tipo de contrato de becarios está ideado para favorecer la cualificación profesional de aquellos jóvenes que alternan la actividad laboral en una empresa con la actividad formativa en el sistema educativo.

Estos contratos para becarios están indicados para mayores de dieciséis años y menores de veinticinco, salvo excepciones. Además, es necesario suscribir un acuerdo colaborativo con la entidad formativa y su duración mínima es de un año y la máxima, de tres.

Beneficios de contratar becarios

En cuanto a los beneficios que aporta la contratación de becarios, podríamos enumerar algunos decisivos:

• Sumamos a la plantilla talento joven; profesionales con otro tipo de formación, más adecuada a las nuevas formas de trabajo y basada en las últimas innovaciones. En definitiva, contar con jóvenes en la empresa es optar por otro tipo de saber hacer y por entender las dinámicas de mercado que mueven a una masa crítica de menos de 30 años, es decir, a los nuevos consumidores y consumidoras.
• Incorporamos nuevos valores a la empresa, aquellos que predominan en las generaciones y talento millennials, por ejemplo, como la defensa del medioambiente o el respeto por la justicia social. Y con muchas ganas de superarse a sí mismos, de proyectarse y medrar en su carrera profesional y personal.
• Lo hacemos desde una solución que les permite formarse adecuadamente y preservar sus derechos como trabajadores y trabajadoras.
• Sumamos equipos multidisciplinares a la organización.
• Incrementamos el ROI de los procesos de reclutamiento y selección, ya que si un becario o becaria nos ha satisfecho especialmente,ya que podemos sumarlo a nuestra plantilla de forma indefinida tras acabar sus estudios o su contrato en prácticas, sin necesidad de emprender un nuevo proceso selectivo. 
• En el caso de suscribir un contrato en prácticas, la empresa contará con incentivos públicos. También si posteriormente los convertimos en contratos indefinidos a tiempo completo o a tiempo parcial, recibiendo bonificaciones que van de los 500 euros al año, durante tres años, de manera general, y 700 euros al año si el contrato es suscrito por una mujer. 

No hay que olvidar que el talento humano joven no tiene ni las mismas expectativas ni reclama las mismas necesidades que otras generaciones. Así se desprende del informe de Cobee sobre tendencias en beneficios, donde queda patente, por ejemplo, la importancia que el servicio de atención psicológica tiene para las generaciones Z y millennials respecto al resto de trabajadores y trabajadoras: un 33,3 % y 28,4 % respectivamente lo incluiría en sus servicios de salud, dentro de planes de beneficios empresariales, frente al 16% restante.

Datos como estos demuestran que las empresas con intención de incorporar talento joven tendrán que hacer un esfuerzo importante por estar a al altura de sus prioridades.