¿Cómo afecta la subida del Salario Mínimo Interprofesional a la Retribución Flexible?
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI, en adelante) se ha situado en los 1.134 euros brutos mensuales, en 14 pagas, en nuestro país. Pero ¿qué significa esto exactamente? ¿Qué implicaciones conlleva en conceptos como el de la Retribución flexible para trabajadores y empresas? Vamos a intentar arrojar algo de luz sobre el impacto del nuevo SMI en la nómina del trabajador y, por tanto, en su poder adquisitivo.
Tabla de contenidos
- 1. Salario Mínimo Interprofesional & Retribución flexible
- 2. Relación directa de ambos
- 3. Subida del Salario Mínimo Interprofesional
1. Salario Mínimo Interprofesional & Retribución flexible
Antes de meternos en materia, vamos a aclarar algunos conceptos para quienes están un poco perdidos.
- ¿Qué es el SMI, Salario Mínimo Interprofesional?
El SMI es la cuantía mínima, en concepto de retribución, que debe percibir un trabajador o trabajadora por cuenta ajena, es decir, por parte de la empresa empleadora.
Dicha cuantía viene fijada por el Gobierno. Este lleva a cabo una revisión anual y establece el nuevo SMI por real decreto.
En dicha revisión intervienen diversos factores. Por una parte, la Administración central abre un proceso de consulta previa y negociación con las organizaciones sindicales y empresariales. Por otra, tiene en cuenta la coyuntura económica actual: IPC, inflación, productividad media, nivel de participación del trabajo en la renta nacional, etc.
El SMI afecta a los trabajadores fijos, eventuales, temporeros y a los empleados de hogar. - ¿A qué llamamos Retribución flexible?
La Retribución Flexible es un tipo de remuneración no dineraria. Es decir, se materializa en bienes o servicios adicionales que completan la nómina propiamente dicha.
Esto permite al empleado destinar parte de su salario bruto al consumo de determinados productos o servicios que podrá disfrutar a un precio inferior al del mercado.
Al pagarlos desde su salario bruto, el empleado conseguirá, además, una exención fiscal total o parcial que le permitirá evitar o reducir, respectivamente, el IRPF a pagar por estos conceptos.
Dichas ventajas se suman a muchas otras que han hecho de esta una fórmula de éxito cada vez más frecuente en las empresas españolas.
2. Relación directa de ambos
La Retribución flexible se enmarca dentro del capítulo de retribuciones en especie. Y estas conllevan importantes exenciones fiscales. Algunas, de forma íntegra, como es el caso de la formación. Otras, con ciertas limitaciones al respecto. Por ejemplo, los cheques restaurantes no pueden superar los 11 euros al día para optar a ese beneficio tributario. Sin embargo, sea como sea, lo cierto es que las ventajas son apreciables, tengamos o no ciertos límites que cumplir.
¿Qué ocurre cuando se eleva el SMI? Hay que tener en cuenta dos requisitos fundamentales a la hora de beneficiarnos de un plan de Retribución flexible como trabajadores.
- Por un lado, el salario en especie, es decir, la remuneración que percibimos a través de un plan de Retribución flexible personalizado, no debe superar el 30 % de nuestra retribución total anual.
- Por otra parte, la remuneración dineraria, es decir, la nómina al uso del trabajador, no puede ser inferior al SMI. En otras palabras, este 2024, el salario dinerario de un empleado tendría que ser al menos de 1.134 euros brutos mensuales en 14 pagas para acogerse y poder disfrutar de los beneficios de la Retribución flexible.
En este sentido, aquellos profesionales que cuenten con una nómina más ajustada, tendrán más problemas para costear conceptos de retribución en especie más caros, porque estos podrían superar la barrera de ese 30 %. Pensemos por ejemplos en formación de alto nivel.
Así que, en estos casos, contar con un SMI más elevado favorece la capacidad de gasto del trabajador o, mejor dicho, su capacidad de invertir parte de la nómina en formación de calidad a su medida, pues tendrá un margen mayor para ajustarse a esta subida del 5% y disfrutar del mayor ahorro fiscal posible.
3. Subida del Salario Mínimo Interprofesional
Este 2024 se ha estrenado con una coyuntura económica un tanto complicada. A los retos económicos provocados por la inflación hay que sumar sus efectos colaterales en la perdida de poder adquisitivo de los empleados y empleadas. Y, además, la subida del SMI y sus implicaciones.
La subida del SMI del 5% en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) marca antes y un después en la búsqueda de la igualdad laboral, especialmente en un contexto de inflación como el actual, que ha afectado al poder adquisitivo de miles de trabajadores y trabajadoras, llegando incluso a adaptar sus hábitos de consumo.
Se prevé que más de 2,5 millones de trabajadores y trabajadoras en España, en su mayoría mujeres y los perfiles más jóvenes, se vean beneficiados por esta medida que entrará en vigor de manera retroactiva desde el 1 de enero de 2024.
Es más, esta subida se considera necesaria para acercarnos a la media europea, incrementar el consumo interno, las cotizaciones (prestaciones y pensiones), la motivación, la productividad y, por tanto, incentivar la recuperación económica.