Finiquito, qué es y cómo funciona
El finiquito es la cantidad económica que toda empresa ha de abonar a un empleado o empleada por cuenta ajena cuando se extingue la relación laboral entre ambos.
Este emana del derecho de los y las profesionales a cobrar los beneficios salariales generados y aún no cobrados por finalizar su relación contractual, por ejemplo, antes del cobro de la última nómina.
Claves del finiquito
El finiquito recoge así la cantidad dineraria correspondiente al salario y las pagas extra pendientes de cobro en proporción a los días trabajados y aún no remunerados, las vacaciones no disfrutadas, las horas extraordinarias y complementos como primas, bonificaciones, bonus de productividad, pluses u otras percepciones extrasalariales que dicha persona haya generado a lo largo del último año.
También deben considerarse los beneficios que correspondan al plan de retribución flexible de la empresa y que se integren en la estrategia de compensación total.
El finiquito no es lo mismo que la indemnización. El cobro de esta última está sujeto al motivo de la extinción del contrato o a las posibles cláusulas del mismo.
A la hora de calcular el finiquito o documento de liquidación, deben tenerse en cuenta además las retenciones, pues todos los elementos mencionados están sujetos a tributación del IRPF.
Por tanto, todos trabajador o trabajadora debe cerciorarse de que el finiquito está correctamente calculado por parte de la empresa antes de firmarlo. Para ello, es necesario comprobar:
- El salario y pagas extras pendientes, incluso si estas últimas son prorrateadas.
- La indemnización por despido si corresponde.
- Las vacaciones no disfrutadas.
- Los beneficios extra generados por la aportación profesional a la empresa.
- Las retenciones.
Lo normal es que la empresa entregue el finiquito junto a la carta de despido, facilitando así la transparencia del proceso. En el mismo se dejan descritas las cantidades a abonar y los plazos para ello.
Sin embargo, legalmente no existe un plazo concreto, por lo tanto, la empresa puede entregar el finiquito el último día de trabajo para el empleado o empleada. Lo habitual es que el abono de las cantidades tenga lugar en ese mismo momento, tras aceptación de las mismas.
En un finiquito no hay lugar a la negociación, pues no se trata de una indemnización, sino de la remuneración ya generada a la que cada empleado o empleada tiene derecho por el trabajo efectuado hasta la fecha.
Eso sí, el finiquito puede tener un saldo negativo, por ejemplo, si se ha solicitado un adelanto o se ha contraído algún tipo de deuda que aún no ha sido satisfecha a la empresa.
En caso de disconformidad con las cantidades presentes en el finiquito, el empleado o empleada puede no firmar o señalar no conforme en el documento de entrega, con el fin de habilitar vías de reclamación en el futuro. Para ello, contará con el plazo de un año desde la firma del finiquito.