Gestión del cambio

Gestión del talento

La gestión del cambio, change management o Gestión del Cambio Organizacional (GCO) obedece a un enfoque que trata de garantizar la adaptación constante de cualquier empresa a su entorno fomentando la resiliencia de sus equipos de trabajo.

La gestión del cambio incorpora a la cultura organizacional las metodologías, procesos y herramientas necesarios para ello, de tal forma que la empresa pueda abordar una rápida transformación en respuesta a un cambio inesperado.

Este enfoque ha tomado relevancia en los últimos años debido a la sucesión de imprevistos que han afectado a las economías a nivel mundial y han obligado a las corporaciones a transformarse rápidamente para responder a las necesidades sociales y a restricciones en su actividad tradicional.

También crece en la medida en la que lo hace la normativa, con el fin de regular la actividad de las organizaciones para que estas respondan a los retos del futuro en materias como la medioambiental.

La gestión del cambio acompaña a los trabajadores y trabajadoras en el proceso de aceptación de un nuevo horizonte o de escenarios que conllevan una constante incertidumbre. De hecho, convierten dicho cambio en un auténtico propósito.

Claves de la gestión del cambio

La gestión del cambio en una empresa favorece su sostenibilidad a largo plazo, cuando no su crecimiento o expansión como agente líder para la transformación. Dicha adaptación al cambio en virtud de una transformación empresarial requiere:

Preparar a los equipos de trabajo emocionalmente, con el fin de aumentar el nivel de motivación y compromiso laboral a pesar de la incertidumbre, de tal forma que no caigan en estados de estrés permanente, zozobra, frustración, ansiedad, etc.
Habilitar protocolos que posibiliten la adaptabilidad de la gestión, sistemas de producción y actividad dentro de la empresa, de tal forma que los niveles de productividad, calidad, etc., no decaigan.
Formar en prácticas de liderazgo transformador y humanista a los y las profesionales que gestionan equipos, pero también a todo profesional que lo necesite, pues dicha capacitación desarrolla habilidades necesarias para ello.
Crear una atmósfera de trabajo basada en la transparencia y la honestidad, capaz de despejar las dudas sobre un futuro incierto para la organización, que transmite confianza en la alta dirección y en el resto de los equipos.

Es importante, a la hora de ejercitar la gestión al cambio, programar acciones de entrenamiento para que las personas sean capaces de vencer la reticencia al mismo. Los programas basados en el desarrollo de la resiliencia resultan a menudo efectivos. También existen modelos integrales predefinidos de preparación, desarrollo y consolidación que las empresas pueden tomar como base.

Y es que, la gestión del cambio en una empresa procura la transición de las organizaciones hacia un estadio futuro deseado mediante la implicación de toda la plantilla. Se trata pues de aumentar el grado de aceptación y asegurar que los cambios para ello se implementen no solo de manera efectiva, sino lo más creativa e innovadora posible con el fin de maximizar la eficiencia y eficacia de la misma, es decir, minimizando el uso de recursos disponibles.

De hecho, dicha gestión del cambio precisa de un análisis previo que detecte aquellas necesidades de mejora o de adaptación a nuevos requisitos o realidades. Este análisis de situación traerá consigo el establecimiento de objetivos claros y específicos en base a los cuales desarrollar un plan detallado que incluya las etapas del cambio, recursos necesarios, cronograma y responsables de cada tarea.

Dichos objetivos pueden ser globales o estructurales, de cultura empresarial, tecnológicos, de productos, etc. Sin embargo, lo que sí es seguro es que gestionar correctamente el cambio conlleva una gestión del talento mediante acciones de capacitación y formación para la mejora de la productividad y el crecimiento profesional de las personas a pesar de situaciones poco favorables para ello.

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