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Estructura organizacional: tipos, elementos clave y tendencias

Cobee Team · 

estructura organizacional

La estructura organizacional, esa forma en que una empresa diseña, distribuye y supervisa el trabajo de manera sistemática a través de su talento humano, ha cambiado a lo largo de las décadas. 

De hecho, se ha pasado de unas estructuras fuertemente jerarquizadas a otras mucho más participativas e igualitarias. Los nuevos tiempos reclaman estructuras resilientes e innovadoras, y estas precisan de altas dosis de participación y autonomía.

Definición de estructura organizacional

La estructura organizacional define cómo se organizan y coordinan las actividades, funciones, roles y responsabilidades dentro de una organización. Su objetivo es alinear los recursos humanos y técnicos con la estrategia empresarial. Esto facilita enormemente la eficiencia operativa y el cumplimiento de los objetivos corporativos. Su representación gráfica se lleva a cabo a través de un organigrama.

El papel del organigrama en la estructura organizacional

Como hemos señalado, el organigrama es una representación gráfica de la estructura organizacional. Define líneas de autoridad, niveles jerárquicos, relaciones funcionales y flujos de comunicación. Es una herramienta clave para visualizar cómo está organizada la empresa y para alinear roles, responsabilidades y procesos. Existen dos tipos fundamentales:

Organigrama jerárquico

El organigrama jerárquico refleja una estructura vertical, con niveles bien definidos de autoridad, donde cada puesto tiene un superior directo y predominan la centralización.

Organigrama mixto

En el caso del organigrama mixto, la jerarquía vertical se combina con relaciones horizontales o transversales (por proyectos, procesos o funciones compartidas).

Representa estructuras más complejas, donde un empleado o empleada puede pertenecer a más de un proyecto o departamento.

Importancia de la estructura organizacional en las empresas

La estructura organizacional de una empresa responde a una decisión estratégica que influye poderosamente en la cultura, el desempeño, el tipo de liderazgo y la sostenibilidad de la empresa a largo plazo, especialmente en entornos empresariales muy cambiantes, como los actuales.

De hecho, en los últimos años se han impulsado nuevas formas organizativas que tratan de dar respuesta a los desafíos de la presente década. Estas propician organizaciones más ágiles, basadas en equipos auto organizados y un liderazgo distribuido; estructuras líquidas o adaptativas, que se rediseñan constantemente en función de los retos del entorno, y que prioriza la flexibilidad por sobre la rigidez jerárquica.

En definitiva, modelos que favorecen la autonomía, la participación y la transparencia, capaces, además, de combinar los modelos de presencialidad y trabajo remoto.

De hecho, entre las nuevas tendencias en estructuras organizacionales cobran relevancia las organizaciones ágiles, las estructuras planas, la holocracia y las estructuras híbridas.

Elementos clave de una estructura organizacional

Dentro de una estructura organizacional existen elementos clave que la definen. Estos hacen referencia a los tipos de:

  • Departamentalización.
  • Jerarquía y cadena de mando.
  • Roles y responsabilidades.
  • Comunicación interna.
  • Cultura organizacional.
  • Estrategia y flexibilidad.
  • Evaluación y escalabilidad.

Diferencia entre estructura organizacional y diseño organizacional

Aunque se trata de dos conceptos estrechamente relacionados, no son sinónimos. Se diferencian tanto en su alcance como en su propósito dentro del contexto empresarial.

Digamos que en la estructura organizacional atiende a la esencia de la empresa, a sus valores, al tipo de organización que desea ser; mientras que el diseño organizacional es el cómo hacerlo, cómo configurarla para que responda a esa intencionalidad. Y mientras el primero tendería a un enfoque operativo y estructural, el segundo atendería a un objetivo estratégico y transformacional.

De hecho, si la estructura organizacional representa el estado actual de cómo están organizadas las personas y los procesos dentro de la empresa, el diseño organizacional representa un proceso dinámico de ajuste entre estrategia, entorno y capacidades internas.

Tipos de estructuras organizacionales

A lo largo del tiempo se han desarrollado diferentes modelos de estructuras organizacionales según el tamaño, sector, estrategia y cultura de la organización:

Estructura funcional

Divide la organización según funciones (finanzas, marketing, operaciones, RRHH…). Suele dar lugar a una mayor eficiencia operativa y capacidad de especialización, aunque puede derivar en guetos funcionales y en una comunicación interdepartamental limitada.

Estructura divisional

Se organiza por productos, alcance geográfico o tipos de clientes. Normalmente adopta un enfoque en resultados por cada unidad. Su poder de adaptabilidad es amplio, pero también se corre el riesgo de caer en una duplicación de recursos y menor eficiencia global.

Estructura matricial

La estructura matricial combina la estructura funcional con la divisional para ganar en flexibilidad a través de un enfoque multidimensional. Eso sí, se corre el riesgo de que se sucedan los conflictos de autoridad ante una mayor complejidad en la gestión.

Estructura lineal o jerárquica

Responde a un modelo clásico basado en una línea de mando vertical, donde cada empleado o empleada responde a un superior directo y este, a su vez, al siguiente, y así sucesivamente a lo largo de la cadena de manos. Si bien es cierto que gana en claridad debido a las decisiones centralizadas y los roles bien definidos, pierde por una excesiva simplicidad, control, poca flexibilidad y capacidad para generar entusiasmo o motivación.

Estructura modular

La organización se compone, en este caso, de módulos o unidades autónomas que pueden operar de forma independiente. Suele responder a un modelo de externalización de procesos no críticos con el fin de focalizar la actividad propia en el núcleo del negocio. Conlleva una importante reducción de costes pero la desventaja de depender de terceros.

Estructura basada en procesos

La empresa se organiza alrededor de procesos clave (como atención al cliente, producción, logística…) en lugar de hacerlo en torno a funciones tradicionales. Se orienta al flujo de trabajo de manera transversal, al cliente, lo cual mejora la eficiencia y calidad, sin embargo, puede generar ambigüedad en roles y autoridad. Se trata de una estructura organizacional habitual en empresas centradas en el servicio de atención al cliente.

Estructura circular

Reemplaza la jerarquía tradicional por círculos concéntricos de autoridad, con el liderazgo en el centro y los equipos a su alrededor para visibilizar una cultura más colaborativa y abierta. Promueve la inclusión y la innovación, pero es difícil de implementar en  organizaciones tradicionales o muy rígidas.

Adhocracia

Se trata de un modelo altamente flexible y dinámico, basado en equipos temporales que se forman según las necesidades del proyecto o problema a solventar. Conllevan mayores dosis de creatividad, innovación y un bajo nivel de burocracia, además de alta capacidad de respuesta y adaptación al cambio. La pega es que suele darse una falta de estructura estable y alta rotación.

Estructuras en red

Está basada en la externalización de funciones no críticas gracias a una red de colaboradores externos. Esta estructura comporta mayor agilidad y posibilidades de innovación, aunque la dependencia de terceros supone un desafío en el control, por ejemplo, de la calidad, y de la implantación de la cultura empresarial.

Estructura de aprendizaje

Una estructura de aprendizaje se refiere a la forma en que una empresa organiza sus procesos, recursos, cultura y liderazgo para fomentar el aprendizaje continuo, tanto a nivel individual como colectivo. Este tipo de estructura es clave para la innovación, la adaptabilidad y la sostenibilidad a largo plazo, aunque conlleva una mayor inversión de recursos.

Cómo elegir la estructura organizativa adecuada para tu empresa

Elegir la estructura organizativa correcta es una decisión estratégica. Esta debe responder al modelo de negocio, pero también al tamaño, tipo de actividad y, sobre todo, a la cultura de la empresa y los valores que atesora.

¿Qué se desea priorizar, la eficiencia operativa, la capacidad de innovación, el crecimiento geográfico…? Son detalles a tener en cuenta en la estructura organizacional y que estarán condicionados enormemente por la etapa que atraviesa la entidad en su desarrollo o la capacidad de adaptación que necesite implantar.

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