¿Qué es la inflación de un país y cómo se produce?
Estamos casi seguros de que, a estas alturas, te habrás vuelto una persona súper experta en asuntos económicos como la inflación.
No es para menos. El río de noticias y reportajes sobre este asunto es tal que es casi imposible no enterarse sobre qué es la inflación de un país o cómo se produce.
A pesar de ello, y por si no te ha quedado del todo claro, te ofrecemos algunas nociones básicas. Para que puedas hablar con propiedad sobre inflación en los cafés matutinos.
Tabla de contenidos
- 1. Definición de inflación
- 2. Diferentes tipos de inflación
- 3. ¿Por qué hay inflación?
- 4. ¿Qué se puede hacer cuando hay inflación?
1. Definición de inflación
Si consultamos la página del Banco de España, encontramos que inflación se define como: el crecimiento general del nivel de precios de consumo en una economía.
Y apuntala: El incremento del nivel general de precios provoca que el dinero pierda valor, ya que, si los precios aumentan mucho, mañana podremos comprar menos productos que hoy con la misma cantidad de dinero. Por lo tanto, la inflación nos afecta a todos y hace que perdamos poder adquisitivo.
1.1. ¿Cómo se mide la inflación? el IPC o Índice de Precios de Consumo
En España, el índice para calcular y medir la inflación se denomina IPC. Este tiene en cuenta todos los bienes y servicios que consumen las familias: alimentos, gasolina, electrodomésticos, seguros, alquiler, etc. Todos ellos forman lo que se conoce como cesta de la compra.
Esa cesta nos sirve para comparar las variaciones de precio que tiene un determinado bien o servicio a lo largo de un mes o un año. Y también de la variación en su conjunto en los últimos doce meses. En este caso nos estaríamos refiriendo a la tasa de inflación interanual.
En la eurozona, la inflación se mide con el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que mide la inflación de los precios de consumo en la zona del euro.
2. Diferentes tipos de inflación
La inflación puede tener varios tipos en función de su trayectoria y del modo en que fluctúe:
- Moderada. La subida de precios es progresivo, escalonada, y no supera el 10 % anual.
- Galopante. La subida de precios es elevada, por encima de ese 10 % anual. Aumenta sus efectos sobre el poder adquisitivo de los consumidores y sobre la economía de un país. La escalada de los precios se da de forma mucho más precipitada.
- Hiperinflación. Los precios se desorbitan, por encima incluso de los cuatro dígitos, de forma muy rápida. Las consecuencias son nefastas, por ejemplo, la devaluación de la moneda y una grave crisis económica. Una tasa de inflación que supere el 50 % mensual nos coloca en un escenario de hiperinflación.
- Deflación: Es lo opuesto a inflación. Se registra una bajada continuada de los precios, normalmente fruto de una mayor oferta y una menor demanda de bienes y servicios.
Además de estos términos encontramos los de estanflación (aumentan los precios pero no el PIB de un país, de hecho, este puede incluso disminuir) o desinflación, es decir, la desaceleración del ritmo de inflación.
3. ¿Por qué hay inflación?
Pueden ser muchas las causas que empujen la economía hacia la inflación.
Si nos preguntásemos ¿por qué hay inflación hoy en día? La respuesta nos llevaría a inicios del presente año.
Actualmente, la escalada de los precios se ha debido principalmente a un repunte de la electricidad y los carburantes, fruto de la guerra de Ucrania, que estalló en el primer trimestre de 2022, y un fuerte aumento generalizado del precio de los alimentos.
Los problemas de abastecimiento de ciertas materias primas o de los famosos microchips, que venían ya de más lejos, también han jugado a favor de la inflación.
En el mes de noviembre, y gracias a las actuaciones encaminadas por las distintas Administraciones, la inflación se situaba en un 6,8 %, fruto de la relajación de los precios en la electricidad y los carburantes.
Sin embargo, el IPC se situó en julio en un 10,8 %.
3.1. ¿Qué consecuencias tiene la inflación?
En una situación como la que atravesamos actualmente, la principal consecuencia es la pérdida de poder adquisitivo de las familias por una progresiva disminución del valor del dinero. Esto tiene enormes implicaciones en el día a día de todas ellas a la hora de responder a sus gastos, y en el de las empresas. Estas últimas, las organizaciones, ven como aumentan sus gastos mientras se contrae, al mismo tiempo, el consumo. Es decir, pagan más y ganan menos.
Otra consecuencia que no es baladí es la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Con esta medida trata de contener los precios, aún a consta de frenar el crecimiento y generar desempleo. El objetivo: conseguir que la inflación vuelva al objetivo del 2 % a medio plazo.
De hecho, estos, los tipos de interés, han pasado de situarse en negativo (desde 2016) a alcanzar las mayores subidas desde que existe el euro en apenas unos meses, situándose en el 2 %.
3.2. ¿Cómo afecta la inflación a las empresas?
En primera instancia, estas reducen sus inversiones, al menos las más inmediatas y hasta no estar seguros de que la estabilidad se asoma en el horizonte.
En segundo lugar, acortan sus márgenes de beneficios, sobre todo si no quieren repercutir ciertos gastos a los consumidores. Por ejemplo, si trasladan al comprador sobrecostes ocasionados por la subida de la electricidad, este, que ya de por sí ha perdido capacidad adquisitiva, puede retraer más aún el gasto.
Una espiral alcista puede sobrevenir también problemas de liquidez ante la imposibilidad de subir los precios. Y de competencia, si deciden subirlos. Pero existen métodos para subir los salarios en tiempos de inflación.
3.2. ¿Cómo afecta la inflación a los trabajadores?
En el caso de los trabajadores, la situación no mejora.
Deben contraer el gasto ante la pérdida de capacidad adquisitiva, el dinero ahora vale menos. Si además la empresa para la que trabajan se ve en apuros, puede sufrir las consecuencias económicas de una regularización de empleo, cierres puntuales, etc., asumidas por las empresas con el fin de solventar ciertos costes laborales. La sombra del desempleo se cierne sobre el mercado laboral.
Y después está el gasto hipotecario, que aumenta en paralelo a los tipos de interés.
Si no se consigue un pacto que traslade el incremento de los precios a los salarios, el empobrecimiento de los trabajadores podría alcanzar niveles importantes.
4. ¿Qué se puede hacer cuando hay inflación?
Sin duda, es la pregunta del millón. A la que intentan dar respuesta distintas instituciones y organismos en un intento por no perder el equilibrio financiero y la estabilidad económica.
Por el momento, la UE plantea una serie de medidas concretas para contener la inflación. De hecho, hace escasos días los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) debatían cómo enfrentarse a la escalada de precios.
La política fiscal de la zona euro debe aunar esfuerzos y alinearse con las medidas adoptadas por su banco central.
Uno de los grandes objetivos del Banco Central Europeo (BCE), y de la política monetaria de la UE, es garantizar la estabilidad de precios para evitar consecuencias económicas no deseadas, fruto de la incertidumbre de los mercados. En este caso, y como hemos dicho, el BCE ha optado por una subida de los tipos de interés.
A nivel consumidor y trabajador, hay quien aconseja adoptar fórmulas más drásticas que la contracción del consumo, el ahorro o el control de las deudas. Por ejemplo, se habla de la inversión de cierta parte de los ahorros en fondos de mayor riesgo y rentabilidad, aunque para este tipo de acciones, claro está, hay que buscar un buen asesoramiento.
La negociación colectiva de la subida de los salarios es otra de las bazas a favor de los trabajadores frente a la inflación. Y los planes de beneficios y retribución flexible, de las empresas. El objetivo de estas últimas con dichos planes sería garantizar que sus empleados y empleadas no pierden poder adquisitivo, especialmente si no pueden asumir una subida salarial. Aunque existen diferentes mecanismos para poder subir salarios en tiempos de inflación.