Renuncia por venganza: ¿qué es y cómo evitarla?

Con un mercado laboral tan cambiante como el actual, las empresas que no muestran flexibilidad para adaptarse a los cambios van a tener muy difícil sobrevivir. Los expertos y expertas están apuntando a una nueva tendencia, que ya se está manifestando en Estados Unidos y que podría llegar a España a lo largo del 2025: la renuncia por venganza.

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La Gran Renuncia: el precedente

Hace 3 años, el mercado laboral nacional e internacional estuvo muy marcado por un fenómeno importante. La Gran Renuncia fue especialmente acusada, una vez más, en el mercado estadounidense, aunque terminó llegando también a Europa y a España. Fue un golpe especialmente duro para las empresas, que veían que su mejor talento se escapaba y no eran capaces de retenerlo.

La Gran Renuncia implicó que muchas personas dejaran su trabajo, al parecer de un día para otro, sin ningún tipo de alternativa. El que los y las profesionales se replantearan sus prioridades tras una pandemia mundial y las consecuencias económicas y también físicas y mentales que conllevó, también hizo que las empresas tuvieran que pararse a reordenarlas.

Sin embargo, años después parece que el mercado laboral se encuentra en plena ebullición, y está surgiendo un tipo de renuncia menos tranquila y silenciosa. Hablamos de la renuncia por venganza.

¿Qué es la renuncia por venganza?

Según los expertos y expertas consultados por Business Insider, la dimisión por venganza surge por parte de trabajadores que se sienten “quemados e infravalorados” por sus empresas, por un lado por la inestabilidad de sus condiciones laborales, y por otro por cargas de trabajo que consideran injustas.

En este momento parece que el mercado laboral está recuperándose de la inestabilidad de los últimos años. Por ello, las personas que se sentían frustradas en su puesto de trabajo, ante la perspectiva de poder encontrar un trabajo mejor, acaban causando una salida muy ruidosa.

Esa es la principal diferencia con la oleada de La Gran Renuncia; en las renuncias por venganza, los empleados y empleadas abandonan sus compañías de forma explosiva, dejando muy claro su punto de vista y expresando su frustración, pues sienten que sus quejas no han sido escuchadas y no se ha valorado su trabajo.

Factores que afectan a la renuncia por venganza

Estos últimos años han creado un caldo de cultivo que podría generar este tipo de dimisiones:

• Insatisfacción del empleado: las renuncias por venganza explotan en un momento puntual porque llevan mucho tiempo gestándose en silencio. Los empleados se han sentido poco valorados, cuidados y tenidos en cuenta por sus compañías. Esto ha causado una frustración que se suma al hecho de no sentirse escuchados cuando han manifestado sus quejas.
• Cargas de trabajo excesivas: como decimos, este tipo de fenómenos no vienen de un hecho puntual. Suelen venir del desgaste en el tiempo, y con las dificultades de los últimos años, muchas empresas han pedido sobreesfuerzos a sus equipos. Gestionar cargas de trabajo que no corresponden a la realidad es uno de los factores más importantes. 
• Cambios en las condiciones laborales: en los últimos años las empresas están intentando gestionar la flexibilidad horaria, el teletrabajo y los formatos híbridos, así como los ajustes salariales. Esto ha restado estabilidad a los equipos.
• Mejora del mercado laboral: esto se suma a que empiezan a haber nuevas oportunidades en el mercado laboral. Algunas empresas empiezan a mejorar sus condiciones, lo que sirve como detonante para que muchas personas consideren su salida de la empresa.

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Consecuencias de la renuncia por venganza

Hay que prestar especial atención a este tipo de salidas. Tienen unas consecuencias muy claras para las empresas:

• Pérdida de talento: las dimisiones numerosas afectan a la estructura de la empresa y desestabilizan el trabajo de los equipos. Además, poner en marcha procesos de selección y formar a las nuevas incorporaciones requiere tiempo y recursos. 
• Malestar e incertidumbre en el equipo: cuando un empleado o empleada está descontento y abandona la compañía de forma ruidosa, se genera una sensación de malestar e incomodidad en el equipo, que puede afectar a su compromiso y su rendimiento. 
• Daño reputacional y de Employer Branding: la mala experiencia de una persona en una empresa perjudica mucho la reputación de la empresa. Tanto de cara a clientes y proveedores como también a la búsqueda de nuevos talentos.

Cómo evitar la renuncia por venganza

Antes de que la tendencia termine de asentarse, se puede trabajar en algunas medidas para mejorar la situación de los equipos y detectar los conflictos antes de que surjan:

• Hacer escucha activa. Y, sobre todo, actuar en consecuencia. De nada sirve que escuchemos las quejas o reclamaciones del equipo si luego no se toman medidas. Al contrario, causa aún más frustración y rechazo.
• Comunicación fluida y transparente. Para evitar ambientes de trabajo tóxicos y rumorología perjudicial, lo mejor es comunicarse con el equipo de forma frecuente y transparente. Así, se les transmite confianza y sentimiento de pertenencia, lo cual les hace sentir más escuchados y comprometidos.
• Gestión de las expectativas. No cumplir con las expectativas que se han generado en los empleados y empleadas es una causa de frustración importante. Es importante ser claros en las condiciones de trabajo, e intentar aportar la mayor seguridad y estabilidad posible.
• Estrategia basada en el bienestar laboral. Las estrategias empresariales tienen que empezar a virar para poner en el centro el bienestar de sus equipos. Al final, son la fuerza principal de trabajo, y su productividad y el éxito de los proyectos depende principalmente de ello.
• Trabajar la cultura corporativa. Ser coherente con los valores y la forma de trabajar definida por la compañía va a ayudar a tomar mejores decisiones, a gestionar mejor las crisis, y a atraer a personas que sean afines a ella.