Gestión de bases de datos
La gestión de bases de datos se refiere a la capacidad de una empresa u organismo de almacenar y tratar grandes volúmenes de información.
Para ello, se emplean los denominados DBMS (Data Base Management System) o SGBD (Sistemas Gestores de Bases de Datos) capaces no solo de recabar, estructurar y organizar conjuntos de datos, sino de relacionarlos entre sí gracias a herramientas de IA que facilitan su análisis y la predicción de comportamientos, además de resolver los problemas existentes en los antiguos sistemas de gestión de bases de datos, por ejemplo, a través de ficheros.
Claves en la gestión de bases de datos
Los Sistemas de Gestión de Bases de Datos incorporan programas que facilitan el acceso, de manera inmediata y ordenada, a los mismos con el fin de facilitar su consulta, desde una interfaz cliente, e incluso su uso a través de ficheros. Los datos se almacenan en un servidor que puede estar en la nube y que pueden consultar una o varias personas de manera simultánea y en tiempo real.
Si bien estos sistemas se adaptan a las necesidades concretas de cada empresa, suelen presentar características y ventajas comunes, como la centralización de la información en un solo lugar o la automatización de tareas recurrentes y de escaso valor añadido, liberando a los y las profesionales de tareas tediosas al respecto y dotándolos de más tiempo para llevar a cabo acciones estratégicas.
Actualmente existen tres tipos de SGBD: relacionales, orientados a objetos u objeto-relacional para el almacenamiento estructurado y seguros de datos. El primero de ellos es el más habitual. Emplea el lenguaje de consultas SQL.
La gestión de bases de datos a través de estos sistemas permite un gran ahorro de espacio, de tiempo de gestión y de velocidad de consulta. Pero también mayores niveles en la veracidad de los datos (pues se actualizan en tiempo real desde diversos dispositivos), mejorando así los procesos de toma de decisiones por parte de la Dirección empresarial o mandos de liderazgo.
Además, contribuyen a la facilidad de uso de los datos almacenados, de copia y un largo etcétera que ha revolucionado, desde los años 60, la forma de proceder de múltiples departamentos dentro de la empresa, desde el de RRHH al de ventas, logística o marketing, por poner algunos ejemplos.
Estos sistemas mejoran la gestión de las bases de datos en tanto en cuanto facilitan la integridad de los datos (información empresarial confidencial o sensible, datos de clientela, empresas proveedoras, etc.), la coherencia entre los mismos y la ausencia de redundancias, la capacidad para restringir el acceso y elevar las cotas de confidencialidad y seguridad, la capacidad para poder recuperar los datos de forma muy visual, es decir, entendible para una gran mayoría de usuarios y usuarias, o la capacidad para crear automáticamente copias de seguridad y mantener los datos a salvo en caso de catástrofe natural, ataque informático, etc.
Aunque los sistemas más avanzados pueden conllevar un coste mayor de implementación en el ecosistema empresarial, sus ventajas son tales que se convierten en herramientas imprescindibles para cualquier empresa que desee culminar el proceso de digitalización en el que se ven envueltas las organizaciones y administraciones dentro del espacio de la UE.
De hecho, su cada vez mayor desarrollo ha facilitado la creación de sistemas cada vez más accesibles y sencillos de usar por parte de los empleados y empleadas.