Performance management
El denominado performance management es un método de gestión del rendimiento que se basa en un proceso constante de planificación, comunicación y desarrollo de tareas individuales en función de unos objetivos corporativos específicos y estratégicos. El objetivo: optimizar el rendimiento de los trabajadores y trabajadoras de una organización a través de la evaluación continua.
Claves del performance management
Este tipo de gestión de los recursos humanos de una empresa permite alinear el desempeño de todos y todas las profesionales con la estrategia empresarial de forma muy estrecha.
De hecho, la evaluación del rendimiento no se limita a una sesión anual, sino que tiene lugar de manera persistente: mensual, semanal e incluso diaria, en según que casos, a través de una figura que garantiza la supervisión constante y el desarrollo de una estrategia que apoye a los y las profesionales en el logro de los fines propuestos.
Este método mejora los resultados de otros sistemas o procesos de gestión del rendimiento. Y lo hace al incidir sobremanera en la necesidad de que las tareas, perspectivas y objetivos individuales no se desliguen de los desafíos comunes de la organización.
Para ello se necesita: agilidad, retroalimentación o feedback constante entre los individuos y el líder, el apoyo de tecnología que como la IA, capaz de medir el rendimiento de las personas de manera efectiva y en tiempo real; altas dosis de resiliencia, un programa de formación personalizado con el fin de mejorar las habilidades de los y las empleadas (y, con estas, subsanar sus puntos débiles), flexibilidad, transparencia y los recursos para garantizar a la plantilla las herramientas que necesita en cada momento a la hora de alcanzar los objetivos propuestos.
Requisitos del performance management
El método gestión del rendimiento performance management requiere, además:
Una primera fase para la delimitación de los objetivos alcanzables y medibles a corto, medio y largo plazo.
Una estrategia que alinee las prioridades y objetivos individuales con los de la corporación y que permee en todas las capas de la empresa.
El diseño de un plan de incentivos que provoque en los trabajadores y trabajadoras una mayor implicación con el propósito de la organización.
La dotación de un compendio de herramientas capaz de medir el rendimiento de todos y cada uno de los empleados y empleadas, de tal forma que cualquier disminución de la tasa habitual pueda ser subsanada de forma inmediata.
El diálogo constante es una de las claves de este método. Las reuniones han de ser frecuentes, cuando no diarias, tanto las individuales como las colectivas. Y en ellas debe primar la transparencia y la asertividad por ambas partes. Estas reuniones sirven para apuntalar las fortalezas de los y las profesionales, y para detectar las posibles debilidades o errores y la forma correcta de mejorar las primeras y evitar los segundos.
La capacitación y desarrollo profesional de las personas implicadas de forma continua es otro elemento fundamental en el performance management. No solo servirá para aplacar esas debilidades o evitar ciertos errores en las prácticas diarias, también incrementará el compromiso de la plantilla, tan necesario para favorecer un aumento en la productividad. Las evaluaciones de desempeño, los planes de promoción interna o los incentivos, sean económicos o emocionales, contribuirán al incremento del rendimiento de manera efectiva y sostenible en el tiempo.