La formación online, el beneficio más valorado
La oferta de cursos de formación relacionados con el puesto de trabajo en nuestro país es cada vez más amplia y accesible desde la empresa. Cada vez es más habitual contar con un plan de formación para ayudar a las plantillas a mejorar sus habilidades.
Gracias a la nueva modalidad de formación online o a distancia para trabajadores, las posibilidades de conciliación aumentan. Si a ello sumamos las ventajas fiscales que conlleva el acceso a este servicio mediante planes de retribución flexible corporativos, la propuesta formativa resulta idónea.
Según el último informe publicado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social acerca de la formación profesional para el empleo en empresas, el 77 % de las compañías encuestadas realizaron alguna actividad de formación para sus trabajadores. Esto supone un 12 % más respecto a cinco años atrás.
El futuro de las empresas pasa por la necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias. Sin duda, ofrecer algunas sesiones formativas a los empleados ha sido una de las vías de escape que muchas empresas han decidido tomar.
Tabla de contenidos
- Consideración fiscal de los cursos de formación online
- Otros detalles a tener en cuenta sobre la fiscalidad de los cursos
- Formación y retribución flexible: una apuesta ventajosa
- ¿Por qué los empleados prefieren formación a su medida?
- Cuando la empresa cree en el potencial de su plantilla
Consideración fiscal de los cursos de formación online
La consideración fiscal de los cursos de formación para trabajadores en España suele suscitar ciertas dudas:
¿Se trata de un tipo de salario o retribución en especie?, ¿es un gasto deducible en la declaración anual del IRPF?
A veces es difícil discernir entre los cursos formativos considerados como retribución en especie, aquellos que están exentos y los que constituyen una renta dineraria ordinaria sometida a retención.
La respuesta de los cursos de formación a su tratamiento fiscal depende del tipo de contratación y de los objetivos perseguidos.
Si el empleado accede a cursos de formación para fines personales que no estén relacionados con su puesto de trabajo, y además los obtenga a un precio menor de mercado, tendrán la consideración de retribución en especie.
Esto quiere decir que se tratarán como un añadido a la nómina del trabajador sobre la que han de aplicarse las retenciones correspondientes al hacer la declaración de la renta.
Sin embargo, cuando los cursos de formación estén íntimamente ligados a la actividad del trabajador, el desarrollo de su actividad profesional estarán exentos de tributación en el IRPF siempre que sean financiados directa o indirectamente por la empresa.
También están exentas las cuantías dedicadas a los gastos de desplazamiento desde el centro de trabajo hasta el de formación y asumidas por la compañía dentro de los límites justificados por la normativa fiscal.
Otros detalles a tener en cuenta sobre la fiscalidad de los cursos
La exención de tributación establecida para los cursos de formación no incluye las ayudas destinadas a la adquisición de material didáctico. Estas sí que tienen la consideración de retribución dineraria o en especie y, por tanto, están sujetas a tributación.
En cuanto a la cotización a la Seguridad Social, lo harán por el importe total siempre y cuando estén financiados por la empresa en su totalidad y sean imprescindibles para el desarrollo del puesto de trabajo. Cuando la empresa no aborde la financiación íntegra de los mismos, sí cotizarán.
Es importante recordar que el gasto en cursos de formación no puede exceder el 30 % del salario bruto percibido ni comportar a una reducción de este por debajo del salario mínimo profesional.
Señalar, además, que el régimen fiscal aplicable en los territorios forales es el mismo que en el territorio común.
Formación y retribución flexible: una apuesta ventajosa
Una fórmula sencilla que pueden adoptar las empresas para que sus trabajadores puedan beneficiarse de cursos de formación exentos de tributación es ofrecer este servicio dentro de un plan completo de retribución flexible.
Los cursos de formación como parte de la retribución flexible, siempre y cuando sean esenciales para la capacitación y actualización de la plantilla así como relacionados con el puesto de trabajo, están exentos del pago del IRPF de forma ilimitada.
En este caso, es el trabajador quién asume el coste del curso de formación, pues la empresa aborda el pago de forma anticipada, pero después descuenta de la nómina el importe proporcional del curso financiado.
¿En qué beneficia esta fórmula al empleado? Como hemos señalado anteriormente, en que ve incrementado su poder adquisitivo al reducir la base imponible del IRPF, pues el importe dedicado al curso de formación está exento de tributación.
En definitiva, que sea la empresa quien proponga y asuma de forma anticipada los gastos en cursos de formación reporta importantes ventajas económicas a la plantilla como consecuencia directa de una importante reducción de los costes al tratarse de un gasto no sujeto a IRPF.
Aquellos importes destinados a cursos de formación enmarcados dentro de un plan de retribución flexible deben aparecer como tales en la nómina mensual de los trabajadores.
¿Por qué los empleados prefieren formación a su medida?
La formación programada por la empresa es uno de los beneficios mejor valorados por los trabajadores que cuentan con planes de retribución flexible a su disposición. Para una franja de edad que se mueve entre los 25 y 50 años es, de hecho, un beneficio prioritario.
Sin embargo, quienes desean formación que mejore su capacitación en el puesto de trabajo reivindican cursos adaptados a sus necesidades personales en función de las tareas que desempeñan.
En definitiva, demandan formación a la carta y muy específica, lo que obliga a las empresas y en concreto a los departamentos de RRHH a plantear cursos o planes formativos (ya sean propios o externos).
En este sentido, los cursos de formación en las áreas de nuevas tecnologías, innovación, idiomas y organización o liderazgo suelen ser apuestas recurrentes.
Como conclusión, podríamos determinar que el éxito de los cursos de formación facilitados por la empresa dependerá de que estos alcancen las expectativas de los empleados. Este es el verdadero reto de cualquier compañía que desee contribuir a la satisfacción y desarrollo profesional de su plantilla.
De hecho, aunque del último informe publicado por Fundae (Fundación estatal para la formación en el empleo) sobre la evaluación de la calidad de las acciones formativas en la formación programada por las empresas de los ejercicios 2016 y 2017 se desprende que, en general, los empleados tiene una valoración bastante positiva de la formación facilitada por las empresas.
Cuando la empresa cree en el potencial de su plantilla
Los planes de retribución flexible que incorporan cursos de formación suponen una gran ventaja económica para la plantilla pues, como hemos visto, los trabajadores se ahorran el pago del IRPF correspondiente al valor de la misma.
Sin embargo, no son los únicos beneficiados. También la empresa obtiene grandes ventajas.
Por una parte, incrementa la profesionalidad, capacitación y motivación de su plantilla a través de un servicio sencillo de implementar mediante un plan de retribución flexible integral.
Por otra, incrementa de manera indirecta la productividad de su equipo humano sin elevar los sobrecostes, así como la posibilidad de retener y atraer talento más cualificado ya que la formación es un beneficio muy valorado.