Cómo identificar el mal ambiente laboral
Un mal ambiente de trabajo puede acarrear serias dificultades a una organización. Desde problemas emocionales o psicológicos en la plantilla a una verdadera espantada de profesionales de gran valor.
No es de extrañar. Entre las opciones más valoradas a la hora de cambiar de empresa, existen tres que, actualmente, tienen un paso específico, de hecho, cada vez mayor: el salario, la posibilidad de conciliación entre la vida personal, familiar y profesional, y el ambiente laboral.
Es más, muchos trabajadores estarían dispuestos a ganar menos o desplazarse hasta más lejos solo por disfrutar de un clima laboral positivo. Este factor, el ambiente laboral, es tan importante hoy en día como la propia estabilidad o el hecho de tener un trabajo motivante.
Tabla de contenidos
- Reconoce los casos de mal clima laboral
- Conoce las causas de un mal clima laboral
- Qué consecuencias tiene un mal ambiente laboral
Reconoce los casos de mal clima laboral
A veces, un empleado entra a formar parte de una gran empresa motivado por el salario o las funciones que ejercerá. Cuando llega su primer día, le sorprenden las instalaciones: muy modernas, reflejo de ese ambiente de trabajo dinámico, innovador, flexible…, que se promueve a través de la cultura corporativa.
Sin embargo, transcurridas unas semanas, ese empleado comienza a darse cuenta de que algo no va bien. El mal clima laboral se manifiesta ante él.
¿Cómo se da cuenta? Porque existen indicios que nos dan muchas pistas sobre ese mal clima de trabajo:
- Los trabajadores apenas hablan entre sí y cuando lo hacen no es de manera cordial. Las malas caras se suceden por doquier.
- No se trabaja en equipo, sino de forma totalmente individualizada, y nadie pide ayuda para desempeñar ninguna función.
- No se realizan apenas reuniones, no se comunican objetivos ni resultados. Todo resulta hermético. Solo se escuchan rumores.
- Se deja notar cierta competencia desleal entre compañeros. Se ven a menudo discusiones. Palabras como buenos días, gracias o por favor brillan por su ausencia.
- No se proponen acciones novedosas ni se dan muestras de creatividad.
- La tasa de ausentismo es muy elevada, al igual que la de rotación. La persona que más tiempo lleva en el puesto quizás no alcance ni al año.
- No se comparten vivencias personales, mucho menos opiniones sobre temas de actualidad.
Efectivamente, este lugar rezuma toxicidad. Y un mal clima laboral no es grato para nadie. No beneficia a la empresa, y mucho menos a los empleados.
Conoce las causas de un mal clima laboral
Existen causas diversas por las que tiene lugar un mal clima laboral. Pero hay algunas que se convierten en lugares comunes:
- Escasa capacidad de organización. Si no existe planificación, delimitación de tareas, asunción de roles y funciones definidas…, muy probablemente, tampoco existirá un buen clima de trabajo. Para que este tenga lugar hay que ser justos y eficaces en el reparto de tareas. La capacidad de organización es, por ello, vital.
- Falta de liderazgo. Un líder no es aquel que sabe mandar, es aquel que sabe escuchar a su equipo, intuir las fortalezas de cada empleado, crear comunidad en torno a objetivos compartidos. Un buen líder es pilar fundamental de un clima de trabajo propicio, y el principal responsable de acabar con un clima laboral tóxico.
- Falta de transparencia y de ética empresarial. En una organización donde no se cultive la igualdad, el respeto mutuo, la justicia, la comunicación transversal y horizontal o el colaboracionismo, dudosamente podrán asentarse las bases de un buen ambiente de trabajo. El mal clima laboral se abrirá paso en empresas donde la cultura corporativa no asume su responsabilidad al respecto.
- Causas externas. A veces, una situación ajena a la propia actividad interna puede alimentar un mal clima laboral, incluso donde antes reinaba la paz y la cordialidad. La perspectiva de un futuro cierre o traslado, el diálogo en torno a un nuevo convenio laboral que no cumple las expectativas… Son ejemplos de circunstancias que a menudo tienden a polarizar a las plantillas, cuyos miembros entran en confrontación.
Podríamos citar más causas, pero todas acabarían por estar relacionadas con estos cuatro motivos. La organización, el liderazgo, la honestidad y un panorama proclive a la paz y el equilibrio son ingredientes necesarios para contrarrestar un mal clima laboral.
Qué consecuencias tiene un mal ambiente laboral
Las consecuencias de un mal ambiente laboral son muchas, muy dañinas e indeseables para trabajadores y empresas que quieran consolidar su futuro:
- Falta de compromiso e implicación en la actividad.
- Falta de compañerismo.
- Alta tasa de ausencias y de rotación.
- Estancamiento en procesos de innovación.
- Deficiencias a la hora de alcanzar objetivos, personales o colectivos.
Podríamos seguir, la lista es larga, pero estos ejemplos nos ayudan a dar fe de lo que realmente significa un mal ambiente de trabajo.
Muchas empresas lo saben, por eso han comenzado a implantar planes de mejora.
Algunos de ellos se centran en lo que se conoce como Wellness corporativo: estrategia que trata de impulsar la productividad a través de la humanización de las compañías. Y lo hace a través de dos vertientes, el bienestar y la salud tanto física como mental, mediante planes de beneficios sociales y retribución flexible.
Fomentar un buen ambiente de trabajo lo es todo para garantizar la supervivencia de la empresa y su éxito como actividad.