Efecto Dunning-Kruger

Gestión del talento

El efecto Dunning-Kruger es un efecto cognitivo que consiste en sobreestimar una cualidad o habilidad.

Así, las personas que padecen este efecto tienden a creerse más listas de lo que son en realidad, más habilidosas o más capaces. Esta circunstancia provoca que dichas personas acaben incurriendo, en ocasiones, en flagrantes errores en su entorno profesional, ante la incapacidad de percibir su necesidad de mejora.

Claves del efecto Dunning-Kruger

El efecto Dunning-Kruger toma su nombre de sus dos ideólogos, los psicólogos de la Universidad de Cornell, en EEUU, David Dunning y Justin Kruger, que a mediados de los noventa llevaron a cabo una investigación para averiguar el impacto de este sesgo cognitivo, por el cual personas de poca destreza en ciertas tareas sobreestiman su propia capacidad. Las conclusiones fueron plasmadas en la obra Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments y ha dado lugar a otras investigaciones o estudios sobre la incapacidad de las personas para reconocer sus propias limitaciones.

En el mundo laboral, dichas personas, aquellas con escasas habilidades que sin embargo presentan muchísima confianza en sus capacidades, se perfilan como profesionales predispuestos a reconocer la excelencia en su persona poco capaces de hacer lo mismo en los demás. Es decir, presentan una visión poco realista sobre su persona e incapaz de reconocer el talento en quienes forman parte de su equipo. Esta circunstancia sitúa el efecto Dunning-Kruger en la lista de trabas a la hora de alcanzar el buen liderazgo, tal y como se entiende en la actualidad.

No solo eso, dichas personas caen en la trampa de no creer necesaria la formación continua. Y es que, como se ha señalado, la escasa habilidad a menudo va acompañada de una falta de conciencia sobre esa escasa habilidad. Por tanto, el efecto Dunning-Kruger impide reflexionar y evaluar el propio conocimiento y desempeño.

Detectar el efecto Dunning-Kruger

Saber detectar el efecto Dunning-Kruger en una organización es necesario para frenar la incompetencia de ciertos trabajadores y trabajadoras. O peor aún, que dicha incompetencia lastre el buen hacer de quienes se sitúan al lado de estos y estas profesionales, y que son a menudo infravalorados.

Emprender el camino hacia el autoconocimiento es imprescindible para evitar desventajas como en el seno de la organización, motivadas por el efecto Dunning-Kruger, como la merma de la productividad o el deterioro de la moral del equipo debido a:

Un liderazgo ineficiente motivado por toma de decisiones ineficaces.
La mala gestión de proyectos y asignación de recursos y tareas.
La desmotivación de los empleados y empleadas por sentirse infravalorados.
La aparición de conflictos internos.
La pérdida de oportunidades de aprendizaje y desarrollo por la resistencia al feedback o retroalimentación constructiva, lo que limita su desarrollo personal y profesional, también de quienes forman parte de su equipo.
Estancamiento profesional, cuando no problemas de reputación y credibilidad ante una percepción externa negativa.
Resistencia al cambio, a la innovación y la creatividad dentro de la empresa.

Los estudios científicos de Dunning y Bruger establecieron que las personas influidas por este efecto adolecían de la incapacidad para percibir los límites de su propia habilidad y de reconocer la habilidad de otros. Sin embargo, debidamente formadas, acababan por ser capaces de vislumbrar sus limitaciones y emprender el camino hacia el verdadero conocimiento. Es decir, dejaban lugar a cierto margen de maniobra y esperanza al respecto.

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