Qué es el bienestar digital y sus beneficios en la era tecnológica actual
Hablar hoy en día de bienestar digital es hacerlo de una condición inherente a la salud mental, emocional y física.
En un mundo hiperconectado, donde buena parte de nuestra vida laboral y privada se desarrolla a través de una pantalla, cultivar el bienestar digital se torna imprescindible. No solo para preservar la salud de las plantillas, también para defender los beneficios que lo digital ha aportado al mundo laboral: conciliación, flexibilidad o mayor productividad, entre muchos otros.
Definición y componentes del bienestar digital
¿Qué es el bienestar digital? Se entiende por bienestar digital esa conquista del equilibrio (adecuado y necesario para la salud) entre la conexión y la desconexión online.
De hecho, el bienestar digital es ineludible si se quiere evitar la cascada de riesgos psicosociales asociados a las nuevas formas de trabajo. Y muy especialmente al trabajo de plataformas digitales, como indica un reciente estudio técnico del INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo).
Algunos de los factores que influyen de manera decisiva en ese bienestar digital son:
El equilibrio entre el uso de dispositivos digitales y la vida personal
Encontrar el equilibrio para uno mismo y su entorno (familia, amigos, etc.) respecto al uso de dispositivos digitales resulta vital para preservar la calidad de las relaciones humanas.
De hecho, Android ha desarrollado todo un paquete de soluciones de Bienestar Digital con ese objetivo. Se trata de funciones y controles para cualquier momento del día que fomentan el uso equilibrado a través de la optimización y la desconexión en ciertos momentos del día.
Incluye además una respuesta asociada al bienestar digital y control parental, definiendo así unas normas digitales, incluidos límites de tiempo de uso.
Gestión del tiempo de pantalla y su impacto en la salud mental
Está demostrado como el tiempo de exposición a la pantalla influye sobre la salud mental, especialmente durante la infancia y la adolescencia. También sobre la física y emocional.
Lo dice la Asociación Española de Pediatría, que ha elaborado un Plan Digital Familiar al respecto, y el último informe elaborado por 50 personas expertas para el Consejo de Ministros. Todos coinciden: los y las menores no deberían tener acceso a las pantallas antes de los seis años. Y tras esa edad, dicha exposición debería ser puntual y controlada para evitar riesgos para la salud y el gran posible impacto que genera el acceso a contenidos inapropiados.
Uso consciente y responsable de la tecnología
La tecnología ha de usarse, porque sus ventajas son múltiples. Pero de manera consciente y responsable. De lo contrario, serán más los prejuicios que los beneficios cosechados.
Beneficios del bienestar digital
¿El bienestar digital para que sirve?…, podrían preguntarse algunas personas. Sirve para evitar una serie de consecuencias derivadas de la hiperconexión a internet, logrando, por el contrario:
- La mejora en la salud mental y emocional: el bienestar digital disminuye la probabilidad de sufrir estrés o ansiedad, por ejemplo.
- El aumento de la productividad y concentración: al limitar las constantes interrupciones vía smartphone o email.
- El fortalecimiento de las relaciones personales: que necesitan de contacto físico y de atención consciente.
Estrategias para mejorar el bienestar digital
Dicho lo anterior, podemos imaginar algunas de las estrategias demostradas para mejorar ese bienestar digital. Tres de ellas son:
- Las técnicas para reducir el tiempo de pantalla.
- Las herramientas y aplicaciones para monitorizar el uso digital.
- Las prácticas para fomentar un uso saludable de la tecnología.
Que las empresas ofrezcan formación al respecto a sus plantillas puede marcar la diferencia, abriendo el camino hacia el bienestar digital en la organización. Si además se les brinda información extra sobre bienestar digital en el entorno familiar, estará ampliando su marco de actuación al entorno privado de los equipos de trabajo, contribuyendo así a una visión holística del bienestar.
Retos del bienestar digital
En las organizaciones hemos pasado de hablar de la necesidad de digitalizar las empresas a la de preservar el derecho a la desconexión de los empleados y empleadas. De abordar estrategias como el onboarding digital a prevenir el burnout laboral por una excesiva exposición a los requerimientos corporativos por wasap o email. También a una sobrecarga de información o a la denominada multitarea digital.
En definitiva, hemos pasado de la inmersión total en la era online a una especie de estado de cautela. Porque comenzamos a comprender el impacto que la sobreexposición a las pantallas conlleva. También a la hiperconexión en el entorno laboral, que desemboca en estrés tecnológico, tecnoestrés o fatiga digital.
Los retos son muchos, pero al menos, ahora sí, se han identificado:
Adicción a los dispositivos electrónicos
Esta es cada vez mayor. El Informe Mobile en España y en el Mundo 2020 reflejaba que 7,6 millones de españoles se consideran “adictos” a sus dispositivos, y hasta el 61 % de los encuestados y encuestadas, que “mirar el teléfono es lo primero y lo último” que hacía cada día, tal y como recoge el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social.
Algunas de las señales de esa adicción, según cita el mencionado Instituto en su artículos son:
- Coges el teléfono siempre que estás solo o aburrido.
- Te despiertas varias veces por la noche para revisar tu teléfono.
- Te sientes ansioso, molesto o de mal genio cuando no puedes acceder al teléfono.
- El uso de tu teléfono ha provocado un accidente o una lesión.
- Cada vez pasas más tiempo usando el teléfono.
- El uso del teléfono interfiere con tu desempeño laboral, trabajo escolar o relaciones.
- Las personas en tu vida están preocupadas por los patrones de uso de tu teléfono.Cuando intentas limitar su uso, recaes rápidamente.
Sobrecarga de información y su gestión
Es otro de los grandes problemas que arrastra la hiperconexión digital: el acceso a tal cantidad de información que resulta imposible de gestionar y, peor aún, la imperante necesidad de poder hacerlo, aún cuando se trata de una misión imposible. Es lo que se conoce como infoxicación, y que padecen especialmente ciertos trabajadores y trabajadoras.
Derecho a la desconexión digital
Los últimos informes de Cobee sobre tendencias en beneficios o salud y empresa han demostrado cómo el trabajo híbrido o teletrabajo se han convertido en un elemento fundamental para la atracción y captación de talento cualificado.
Desde la pandemia sanitaria, estas y otras modalidades de trabajo en remoto se han impuesto, para satisfacción de las plantillas. Sin embargo, a menudo, encierran ciertas desventajas.
Una de las más citadas por los últimos estudios académicos al respecto es el estrés. Por un lado, el estrés que produce la necesidad de estar al día constantemente ante el desarrollo de nuevas tecnologías. Por otro, el estrés que conlleva ese estar conectados las 24 horas del día a requerimiento de la empresa. O aquel otro que se imponen los y las propias profesionales en un afán por demostrar su implicación y dedicación cuando se está en remoto.
Por eso, desde la UE se está desarrollando, de manera paralela a la estrategia de transformación digital, el denominado derecho a la desconexión de todos los trabajadores y trabajadoras. Porque este:
- Mejora el bienestar de los empleados y empleadas: Por un lado, se reducen los riesgos psicosociales y físicos asociados a la conexión digital. Por otro lado, los equipos de trabajo ven respetados sus tiempos de descanso y ocio personal.
- Aumenta el compromiso y la motivación: El engagement de una plantilla hacia su organización está fuertemente vinculado al sentimiento de respeto y cuidado. Es decir, a esa percepción de que la dirección empresarial se preocupa por el bienestar de sus equipos de trabajo. También por el bienestar digital.
No en vano, ya son muchas las empresas que recogen el derecho a la desconexión como una declaración de principios. Y que, además, articulan planes de bienestar corporativos donde se cuida la faceta digital.